Sin horizonte

La decisión de la Reserva Federal de inyectar alrededor de 600.000 millones de dólares en el sistema provocó ayer un tirón e las bolsas mundiales. Todo apunta a que el dinero masivo está creando un burbuja pasajera, que se desinflará a la vuelta de las Navidades. Esta no es manera de luchar contra una crisis, sino de crear dinero barato para que circule. Una especie de calmante, que no acabará con la enfermedad. Por cierto, sólo la bolsa española se desmarcó de este festín, por la desconfianza hacia el sector bancario. Si las cajas tienen los deberos por hacer, los bancos comienzan a notar en su cuenta de resultados el peso de la crisis y de la falta de perspectivas de la economía española.

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