Una lucha desigual
La pugna entre Telefónica y Portugal Telecom está tomando un giro inesperado. Las negociaciones entre las dos compañías pueden quedar en papel mojado, ya que todo lo acordado con la empresa de telecomunicaciones tiene luego que ser ratificado por el Gobierno portugués. La visión entre uno y otro a menudo difiere, como se ha visto con la acción de oro. Se echa de menos la intervención del Ejecutivo de Zapatero para forzar una pronta solución a la disputa, que no puede ser que consista en incrementar de manera permanente la oferta de compra de la operadora brasileña. Cuando Zapatero tenía interés en adjudicar Endesa a los italianos no tardaba tanto en levantar el teléfono.