La dichosa política

Las declaraciones de un portavoz húngaro hundieron el viernes las bolsas. El dichoso portavoz lo era del gobierno entrante y su objetivo era más criticar al anterior, que descubrir la situación real del país. Lo mismo ocurrió en Grecia con Papandreu, cuando empezó a sacar a la luz los trapos sucios del Ejecutivo anterior ó en España cuando Aznar sucedió a González y luego a éste le sustituyó Zapatero. Los gobiernos tienen la mala costumbre de poner a parir al predecesor en un divertido ejercicio de desquite político. Una práctica que se convierte en una irresponsabilidad, dadas las circunstancias actuales.

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