Zapatero y el lobo
El contago de Grecia a los mercados español y portugués me recuerda a los de Pedro y el Lobo. Tantas veces advirtió que venía el lobo, que cuando vino nadie le creyó. Zapatero debió pensar que aquí no pasa nada, la economía internacional lo solventará todo. Y no es así. El Gobierno está de brazos cruzados, en vez de acometer reformas, como la de recortar el gasto corriente en las administraciones públicas. Viene un tsunami y Zapatero se queda tan contento anunciando que el paro ha tocado ya techo. ¡Sálvese quien pueda!