La cara de la derrota
España ha ofrecido al mundo la cara de la derrota. Se acabaron los fastos del 92 o los años dorados de la última década. La imagen de nuestro país ha cambiado. El COI nos dejó con un palmo de narices y con razón. Brasil es la nueva apuesta no sólo en lo deportivo, sino en lo económico. Es de los pocos países que apenas ha sufrido la crisis, que exhibe un crecimiento más meteórico y se ha convertido, contra todo pronóstico, en la superpotencia de Latinoamérica. Todos ellos son valores intangibles, pero que pasaron seguramente por la mente del Jurado cuando votó la candidaura olímpica de 2016. Se acabó lo que se daba. Ahora hay que ponerse a trabajar y a pagar las deudas, sobre todo las de Gallardón. No podemos vivir eternamente de la imagen cuando tenemos al casa revuelta y a punto de derrumbarse. El alcalde dijo que asumía toda la responsabilidad. A ver si es verdad.