Ánimo Solbes
El vicepresidente Pedro Solbes está quemado. No sólo es incapaz de sacar reforma económica alguna adelante, además no hace más que ser reconvenido por Zapatero. La última vez fue la semana pasada, cuando le obligó a rectificar en público su anterior mención a que tenía ganas de marcharse, de convertirse en ex ministro. Es poco presentable que el hombre que debería soportar el peso de las reformas para sacarnos de las crisis vaya diciendo por ahí que está deseando irse a casa. Y es que, con dos pensiones, la del Estado y la de Bruselas, como ex comisario de Economía, es comprensible que quiera quitarse de enmedio. Pero, entonces, para qué se presentó a las elecciones. ¿Sólo por si las cosas iban bien?