No a costa del esfuerzo de todos

ELECONOMISTA publica una sentencia histórica del Supremo que prohíbe que las fundaciones creadas por los sindicatos en sectores como comercio, hostelería o construcción se financien mediante una cuota obligatoria equivalente al 0,1 por ciento. Es un buen paso. Los agentes sociales tienen que entender que cuando quieran poner en marcha fundaciones de este tipo deben de financiarlas con cargo a sus cuotas y no a los empleados. Ya pagamos suficientes impuestos. El problema es que los sindicatos habían engordado sus plantillas, como les ocurrió a muchas empresas antes de la crisis, con fundaciones de poca utilidad. Pero al contrario que las empresas, que redujeron a marcha forzada las plantillas, estos no lo hicieron a tiempo. Las fundaciones laborales son, además, las gestoras de los cursos de formación. Otra fuente de ingresos muy cuestionada, por los problemas que hubo con su gestión y los escándalos de corrupcion. El Gobierno aprovecha el vacío legislativo para ir desmontando estas estructuras obsoletas. Está muy bien.

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