Se cumple el peor augurio
Los peores augurios se han cumplido. La salida del Reino Unido es un desafío para la Unión Europea y para España. A corto plazo, los efectos probablemente sean limitados, con excepción de los mercados financieros o de las primas de riesgo de los países del Sur. En nuestro país, puede resentirse el turismo. Los británico representan alrededor del 20 por ciento de las visitas, y las exportaciones agropecuarias. Pero a medio y largo plazo el desafío es fenomenal. Existe una incertidumbre política, con la posibilidad de que otros países como Holanda, Dinamarca, Suecia o la propia Francia convoquen también referéndum o los partidos de ultraderecha ganen en los próximos comicios. Pero también existe una incertidumbre económica que pesará sobre la economía y es cómo se va articular la salida. Si Europa impone duras condiciones al Reino Unido será una lección para los demás. Pero ello puede conducir a Europa a la recesión, ya que Gran Bretaña es un socio comercial importante. Si no, otros pueden irse también. En última instancia, si la economía británica va bien, provocará oleadas de separatismo. Para España puede tener una connotación negativa, ya que si Escocia se separa, dará alas al movimiento independentista catalán. En definitiva, sienta un peligroso precedente, impulsa el populismo y desetabiliza el crecimiento, que es muy flojo. No veo nada positivo, salvo que probablemente muchos votantes asustados por el futuro se decanten por Rajoy este domingo. Vamos a ver.