China devalúa el yuan y otras sorpresas
El año comienza con mal pie para la economía. Todos conocíamos desde hace meses que China debe devaluar su moneda entre un 10 y un 30 por ciento para poder sobrevivir. No reconocer esta realidad es como taparse los ojos. Primero pensamos que el mercado chino había caído por culpa del índice Caoxin, que apuntaba hacia un recorte de la producción industrial, pero ahora sabemos que no es así. Fue la súbita depreciación del yuan hasta el nivel más bajo en cinco años frente al dólar, así como la negativa a inyectar dinero en el Banco de Desarrollo chino para la inversión infraestructuras, lo que provocó el desplome de la bolsa China el lunes pasado. El martes, el gobierno reanudó las inyecciones de liquidez. Pero al día siguiente, miércoles, fijó el cambio de su divisa en el menor nivel en cinco años frente al dólar. Con ello intenta reflejar la paridad que pide el mercado y reconocer que necesita devaluar para atajar el fuerte enfriamiento que sufre su economía, Como se sabe, para combatir la recesión solo hay dos maneras de actuar, principalmente, inyectando dinero y devaluando, ó mediante reestructuraciones y ajustes, como ha hecho España. China intenta combinar ambas cosas. Quizá sea mejor empezar a reconocer los problemas, en vez de seguir escondiéndolos.
En el lado positivo, Europa empieza a funcionar, con crecimientos de su producción industrial dados a conocer el martes y confirmados el miércoles por un sondeo con los gestores industriales. Además, el hecho de que haya concluido el año con incrementos cero de la inflación, deja margen al Banco Central Europeo (BCE) para continuar con la inyección de dinero a la economía. Estados Unidos dará a conocer el miércoles nuevos indicadores sobre la salud de su actividad y si la Reserva Federal está dispuesta a subir más los tipos.
Una coyuntura difícil y complicada, pero sorteable, que agravó el anuncio por Corea del Norte del desarrollo de la bomba H. Hay que ver si es cierto, porque es la cuarta vez que lo hace. Pero el miedo es libre y es normal que los mercados se asusten.