Pedro Sánchez, ante un paso histórico
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, apeló ayer a la responsabilidad de los otros partidos para mantener a España dentro de la hoja de ruta de las reformas y del crecimiento. Para ello, intentará forjar con ellos un pacto basado en los grandes principios que sustentan la democracia, entre los que destacó la unidad de España. Creo que es un buen planteamiento para comenzar a hablar, porque en los demás asuntos (reforma laboral, fiscal, etc) no existen puntos de coincidencia con los demás. Así que se trataría de crear una especie de Gobierno de emergencia para aguantar hasta las próximas elecciones, en un par de años como mucho. Esta es la impresión que da. Me consta que Pedro Sánchez tiene fuertes presiones para abstenerse en la segunda votación de Rajoy por parte de los barones de su partido. Su error, como señalé la semana pasada, fue intentar reconquistar el espacio de la izquierda que está en manos de Podemos. Siendo el partido que destruyó más de dos millones de empleos en la pasada legislatura era difícil ganarse el favor de los jóvenes y de la izquierda, que es justamente la más afectada por la crisis. Por eso, quizá ahora se haya dado cuenta de que su única salida es centrarse, e intentar recuperar el voto que se le ha ido a Ciudadanos o incluso al PP, así como a los indecisos. La abstención para facilitar la llegada de Rajoy sería un gesto de grandeza y una decisión de Estado que, en mi opinión, lo catapultaría ante la opinión pública y su electorado. ¡Estamos hartos de los políticos mezquinos que no piensan más que en el día siguiente! En favor de él, hay que reconocer que su decisión de no formar un Gobierno con Podemos es un acierto. No sabemos si habrá que celebrar nuevas elecciones, lo que si sabemos es que no gobernará Pablo Iglesias. Por algo se empieza.