No a la ayuda pública para Abengoa
El ministro de Industria, José Manuel Soria, estuvo muy bien al descartar que el Estado pueda entrar en Abengoa. No es la función del Gobierno salvar las empresas privadas. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, también estuvo muy prudente. En vez de solicitar que el Gobierno salvara la empresa, pasó la pelota a la banca. En realidad, es ésta la única que tiene la solución, ya que es su principal acreedora. Me consta que el Santander fue quien convenció a la familia Riveras, propietaria de Gestamp, para que tomara el control de la empresa solar. Gestamp salió corriendo al comprobar que el tamaño del agujero (20.000 millones) era tal, que podía tragársela. No hay empresa industrial en nuestro país con capacidad de absorber Abengoa en estos momentos. Tiene que ser los bancos, que prestaron ciegamente a la compañía, los que instrumenten una salida digna. Ya ocurrió con Pescanova. Lo lógico es una quita de alrededor del 80 por ciento y poner a la venta buena parte del patrimonio. Las energías renovables están de moda, y hay muchos activos que se podrán vender a buen precio. No todo está perdido.