La generosidad de BBVA

La noticia del día es, sin duda, la remodelación decidida por Francisco González en la cúpula de BBVA. El banco de origen vasco relevó al consejero delegado, Angel Cano, por Carlos Torres, el actual responsable del área digital, en busca de impulsar un cambio de modelo para combatir las nuevas tendencias, como la denominada banca en la sombra o el probable desembarco de gigantes como Google en el sector. Hasta aquí todo correcto. Además, si tenemos en cuenta la trayectoria de BVVA en los últimos años, en los que tuvo que salir del mercado chino asumiendo cuantiosas pérdidas y amplir su paritipación en el Garanti turco, donde también atesora minusvalías por su inversión, el cese estaría más que justificado. Dudo, sin embargo, que el público entienda que una gestión tan poco afortunada se vea premiada con 26 millones de indemnización en el fondo de pensiones. Una cifra desorbitada para cualquier mortal e inexplicable en este caso. La banca no podrá jamás recuperar su credibilidad perdida si no adapta la remuneración de sus directivos a cifras más próximas a la realidad del resto de las empresas. Una burbuja que es precio explotar.

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