Transparencia, un buen comienzo
Digan lo que digan algunos medios la Ley de Transparencia representa un avance considerable para conocer mejor cuánto cobran y en qué se gastan el dinero público nuestros gobernantes. Pero es cierto, es el primer paso, en la buena dirección pero el primer paso. Se echa de menos el detalle de sueldos o de gastos, por ejemplo de partidos políticos y de fundaciones. El Gobierno alega que hay información que no se puede facilitar porque topa con la Ley de Protección de Datos. Pero es una excusa. Por ejemplo, no hay detalles sobre las ofertas que se presentan a la consecución de un contrato público, ni sobre los puntos obtenidos por cada uno de ellos para comprobar que se dio con objetividad. Los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos la administraciones y tenemos derecho a conocer en qué se gasta nuestro dinero.