Sin diálogo, el problema catalán se agravará
Lo decíamos este miércoles en elEconomista, Rajoy está muy enfadado con Mas porque capitalizó la consulta como si fuera un éxito propio y no estaba dispuesto a dialogar. El presidente considera que puede ocurrir igual que con el rescate. Todos pedíamos que lo solicitara, pero Rajoy aguantó y, al final, el tiempo le dio la razón. Las similutudes no existen. Es cierto que la consulta puso de manifiesto que los independentistas son una minoría, pero no lo serían en unas elecciones autonómicas, en las que podrían alzarse con el Gobierno y luego proclamar la independencia. Existe otro riesgo más cercano, la posibilidad de que un tribunal inhabilite a Mas para gobernar. Rajoy intentó desmarcarse de la demanda de la Fiscalía, pero es obvio que ésta pertenece al Estado. Si Mas es inhabilitado, como parece probables, se convertirá en un héroe. Justo lo que quiere para atizar la rabia contra el Estado. En fin, la solución al problema se enquista y se alargará en el tiempo. Y entretanto, la inversión extranjera huye de Cataluña y del resto de España. Ya tenemos bastante con la parsimonia de Draghi al bajar los tipos. Estas disputas no son buenas para la economía.