Rajoy debe pasar de las palabras a los hechos

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió ayer perdón a los españoles por los casos de corrupción que asolan su partido. Es un gesto que le honra, aunque mucho me temo que detrás está un hundimiento de la intención de voto de su partido. La ciudadanía está harta de los gobernantes corruptos y los intentos del PP de tirar balones fueras ante la aparición de casos como el de Bárcenas o Granados no hacen más que incrementar más su enfado. Es mejor reconocer de una vez los errores, pagar por los pecados y a partir de ahora cambiar el rumbo. En mi opinión, no basta con pedir perdón, Rajoy debería endurecer las penas contra la corrupción, ya se trate de políticos, sindicalistas o empresarios. Sobre todo, debería obligar a las formaciones políticas y a los agentes sociales, así como a todo el que reciba un euro de subvención pública a informar en detalle de sus cuentas, como si se tratara de una empresa, porque la forma en que lo hacen actualmente no sirve para nada. En países como Perú, mucho más atrasados que el nuestro, se puede consultar por internet el estado de un contrato con la administración y los puntos obtenidos por el adjudicatario y sus rivales. Tampoco se entiende que Rajoy no suspenda de militancia, por ejemplo, a Esperanza Aguirre, que fue la jefa de Granados durante años. Si lo sabía, no debería seguir en su cargo de presidenta del PP madrileño un minuto más, y si no lo sabía, entonces es una incompetente que no merce la confianza de los ciudadanos. Señor Rajoy, no basta con palabras, demuestre de verdad su voluntad de acabar con toda secuela de corrupción si quiere que los ciudadanos vuelvan a confíar en el PP.

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