La decepción de Draghi

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, debió de tener ayer un día movido. El consejo de la institución que preside aprobó por unanimidad la inyección monetaria de hasta un billón de euros, pero dejó un mar de incertidumbres, ya que no se sabe en qué plazos se realizarán las compras ni qué cuantía de cada tipo de activos se adquirirán. Es decir, si se comprarán más células hipotecarias o bonos senior. En definitiva, el error fue generar unas expectativas que no cumplió en absoluto. La incertidumbre es el peor caldo de cultivo para los mercados. Pero aún hay más. Su discurso giró más sobre las reformas que necesitan acometer los países miembros del euro, que sobre los estímulos. Una vez más se vio que la sombra de Alemania es alargada y que Merkel manda mucho. Parece que existe un frenazo en la estrategia, una pausa para ver qué hacer y si premiar a los países reformistas como España o a los no reformistas como Francia o Italia.

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