Aviso a inversores bancarios

El rescate del Banco Espírito Santo (BES) marcará un antes y un después en las crisis bancarias europeas porque se trata de la primera vez que se utiliza un fondo de rescate europeo. Es decir, no se salva con el dinero de los contribuyentes, como ocurrió en España con las cajas de ahorro. Bajo la nueva fórmula, los accionistas y los tenedores de deuda subordinada pierden todo lo invertido. Son, en realidad, quienes asumen el fiasco. Entre ellos, claro está, figura la familia Espírito Santo, que se queda sin nada y, además, tendrá que responder antes los juzgados. Curiosamente, los depositantes de más de cien mil euros no sufrirán una merma en sus ahorros esta vez. Tampoco el Estado portugués carga con los perjuicios. Los activos sanos pasan a una entidad, que será subastada en unos meses para recuperar el dinero del rescate. Una aviso a accionistas y compradores de deuda, que no podrán excusarse con que ellos fueron engañados. Es el riesgo de invertir.

Los comentarios están cerrados.