La hucha de las pensiones tapa agujeros públicos
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, siempre tuvo un trato especial para los pensionistas. Él siempre se refiere a su padre, jubilado de más de noventa años con el que guarda una gran relación emocional, como el premio al esfuerzo de toda una vida. En lo que lleva de legislatura se negó a acabar con la actualización de las pensiones según el IPC, hasta que no tuvo más remedio. Pero los problemas de la Seguridad Social que, como advertimos en elEconomista la crisis convirtió en una caja sin fondos, ha dado un giro copernicano a la situación. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, anunció ayer que tendrá que disponer de unos 6.000 millones del Fondo de Reserva para acabar el año, a los que se suma otra cifra algo inferior desde comienzo de año. Es decir, que la subida de estos años se está sufragando con la llamada hucha de las pensiones y no con dinero nuevo de los cotizantes. Además, gracias a la utilización de esta Reserva, el déficit público es menor y el esfuerzo fiscal disminuye. Es decir, para que usted lo entienda mejor, el «no hay más ajustes» se está financiando con el dinero de las pensiones futuras, las suyas y las mías, en lugar de mediante nuevos ingresos o recortes del gasto superflúo. Mañana, amplía información sobre este asunto en el periódico elEconomista.