Un problema de imagen
ElEconomista hace todos los años a mediados de agosto una encuesta para que nuestros lectores valoren a los políticos. En los resultados del sondeo celebrado este año, cuyos resultados pueden ver tanto en el periódico como en la web, se puede comprobar el fuerte descrédito del Gobierno. Personalmente, estoy sorprendido porque ni uno solo de los ministros logra el aprobado y muchos de ellos obtuvieron un 0 patatero por más de la mitad de los votantes. Desde luego, mucho peor que el Gobierno Zapatero. Ministras como Fátima Báñez, responsable de la reforma laboral, elogiada por los organismos internacionales como la medida que puede permitirnos crear empleo en cuanto escampe un poco la crisis, es puntuada con 1,7. Es evidente que la política está reñida con la economía. Y también que nos queda una labor didáctica por delante para enseñarle a la gente qué medidas que hoy pueden parecer injustas, son las que mañana nos permitirán crecer y crear empleo. Si no, que le pregunten a Ángela Merkel, la canciller alemana, que vive gracias a la reformar que hizo el canciller Schroeder, claro el problema es que luego perdió las elecciones. El Gobierno tiene la asignatura pendiente no sólo de vender sus actos fuera, sino también dentro de nuestro país si quiere aspirar a prorrogar su mandato.