Los inversores siguen convencidos de que el dólar y el euro reaccionan a los cambios de tipos de interés. Pero el alza reciente del dólar nos dice que no es siempre el caso. Resulta curioso que el dólar suba cuando disminuyen las posibilidades de una subida de los tipos de la Fed.
Esta contradicción podría esconder alguna otra sorpresa para el mercado. Frente a lo que piensan algunos, no se puede excluir que un nivel en torno a 1,28-1,30, el mínimo alcanzado en 2006 por el billete verde frente al euro, integre ya todas las malas noticias de la economía americana.
La caída brutal del crecimiento antes del verano fue la oportunidad para muchos inversores de abrir posiciones cortas en el dólar. Es posible que el sentimiento del mercado sea excesivamente bajista, lo que hace que el billete verde esté sensible a noticias menos desfavorables en Estados Unidos.
Pero profundicemos un poco más: cabe preguntarse si el dólar no está encajando con anticipación las consecuencias de la caída del precio del petróleo. Muchos inversores prevén para finales de 2006 un crecimiento debilitado en EEUU y más fuerte en Europa. Pero tenemos sospechas de que los indicadores económicos se orientan hacia lo contrario.
El crecimiento podría ser más fuerte de lo previsto en EEUU y menor en Europa. Teniendo en cuenta el balón de oxígeno que supone para Ben Bernanke la caída del petróleo, no hay que descartar que el cóctel de un crecimiento americano razonable y de un déficit exterior en reducción no pueda impulsar al billete verde. Incluso si la economía sigue estando débil, la confianza del mercado en un aterrizaje suave de la Fed puede fortalecer la divisa americana.
Ciertos analistas opinan que un alza del dólar frente al euro es difícil mientras se mantenga la presión sobre China para que reevalúe el yuan, tal como lo ha mostrado el comunicado publicado después de la reunión del G7. No estamos convencidos. Es probable que más allá del runrún de las cumbres internacionales, tanto los gobiernos como el propio mercado sepan lo poco eficiente que es una estrategia dura con China. Por lo tanto, dudamos de que los inversores tengan fuertes expectativas respecto al tema.
El análisis técnico nos dice que mientras el dólar no rompa su resistencia crítica en la zona de 1,245 será difícil discriminar un rebote pasajero de las premisas de una nueva tendencia. Sin embargo, la subida es suficiente para recordarnos que, en materia de divisas, las ideas más comunes son igualmente las más vulnerables.