El consenso de analistas espera una reacción alcista de la renta variable, si sólo sube los tipos 0,25 puntos, hasta el 5,75%, y si el comunicado no es duro. Pero puede haber sorpresas. Ya en la última reunión, Ben Bernanke y su consejo modificaron el mensaje que se lanza al mercado.
Como casi siempre, el grueso de los analistas puede volver a estrellarse, esta vez con ocasión de la reunión de la Reserva Federal de esta tarde. La bolsa casi nunca hace lo que a los analistas les parece obvio, y normalmente tiene motivos para no hacerlo. En esta ocasión, también.
El consenso espera una reacción bajista si se dan uno de los dos escenarios temibles: que los tipos suban medio puntos (hasta el 5,50%) en vez del cuarto de las 16 reuniones anteriores; o que, aunque los tipos sólo lleguen al 5,25%, el comunicado posterior indique que las alzas de tipos tienen bastante recorrido antes de finalizar, lo que abonaría las previsiones del 6% de varias firmas muy importantes.
Por el contrario, si los tipos suben al 5,25% y hay un comunicado blando que indique el final de las alzas en agosto, el consenso cree que habrá fuegos artificiales en el parqué. La realidad es que esto no tiene por qué ser así. Si los tipos suben 0,25 puntos, será la decimoséptima vez consecutiva que lo hagan y la decimoséptima que los mercados lo habían anticipado, es cierto. Pero en las veces anteriores, en especial en las últimas, eso no ha servido para tranquilizarlos durante demasiado tiempo. Conforme se aproximaba la siguiente reunión, volvían los miedos y las incertidumbres.
Por otro lado, un mensaje blando consistiría simplemente en reiterar que la Fed seguirá actuando en función de los datos, que vigilará la inflación y que el crecimiento se está moderando. Lo cual tampoco elimina la incertidumbre: recuerden que ese mensaje fue el que detonó el hundimiento de las bolsas el día de la anterior reunión, el 10 de mayo.
¿Y qué puede pasar si suben 0,50 puntos? Por increíble que parezca a muchos, ese movimiento puede dar pie a un rally de la bolsa. La razón es que el mercado interpretaría que esa subida tan fuerte es la última del ciclo. Tiene motivos para pensarlo: los anteriores ciclos alcistas de los tipos han terminado con esta especie de gran traca final (ocurrió en 1994 y 2000). Sería un shock, pero eliminaría de un plumazo la incertidumbre. Y eso le gustaría mucho al mercado.
Finalmente, nos queda el escenario de una subida hasta el 5,25% pero con un endurecimiento del comunicado (insistiendo en que la inflación subyacente se ha desmadrado o en la fortaleza del mercado inmobiliario demostrada por los datos de esta semana). Aquí las opciones están mucho más abiertas, en función de si los inversores piensan que el mercado ha asumido ya el escenario del 6% o no. Tendríamos más volatilidad y probablemente se alargaría el actual movimiento lateral hasta que el mercado se decida por una respuesta.