Wall Street recupera las ganancias al cierre y se mantiene dispuesta a atacar máximos. La batalla no se hizo esperar. Nueva York volvió a la actividad tras la fiesta del lunes con una encarnizada lucha entre los bajistas que quieren retomar las caídas y los alcistas que quieren volver a la tendencia principal sin dar más concesiones al enemigo.
Lo mismo que llevan haciendo en todo el 'rally'desde los mínimos de marzo. Inicialmente, la balanza se inclinó del lado de los bajistas, que consiguieron descensos de cierta relevancia a media sesión. Pero al final llegó el contraataque alcista, que llevó a los índices a recuperar todo lo perdido y a cerrar ligeramente en positivo. El Dow Jones se anotó el 0,1% y el S&P 500, el 0,26%. La fortaleza alcista fue más patente en el Nasdaq, que sumó el 0,58%.
Con esta reacción, se desvanecen de momento los fantasmas de la semana pasada y los índices tradicionales vuelven a estar en disposición de atacar los máximos históricos (recuerden que el S&P todavía no ha podido con ellos). Un ataque que seguramente va a depender de los importantes datos económicos de los próximos días, empezando por las actas de la última reunión de la Fed que conoceremos esta tarde.
Ayer las referencias macro relevantes fueron el aumento de la confianza del consumidor, mayor de lo esperado, y la caída de los precios de la vivienda en el primer trimestre, algo que no sucedía desde 1991. Pero ya saben que el mercado ha dejado de tomarse estas noticias como indicios de recesión a interpretarlas como acicates para que la Fed baje tipos en breve.
El impulso alcista vino de nuevo por las operaciones corporativas. A la cabeza, por supuesto, la megaoferta europea: la lanzada por Fortis, Royal Bank of Scotland y Santander sobre ABN Amro. En EEUU, Alcan subió el 1,2% ante las posibles ofertas de Norsk Hydro y Rio Tinto, mientras que el primero que pujó por ella, Alcoa, cayó el 1,3%. También se extendieron los rumores de que BMW quiere comprar la filial de Ford Volvo. Otra operación importante es la adquisición de Archstone-Smith, una empresa poco conocida pero con un tamaño de 20.000 millones de dólares.
En otros mercados, el petróleo cayó de forma violenta (el 3,1%) hasta 63,15 dólares, debido a la reanudación de la actividad tras una huelga en Nigeria. Los bonos cayeron en precio, como es habitual, y su rentabilidad subió al 4,88%. El dólar también bajó, en especial frente al yen por la subida de impuestos en China con la que su gobierno quiere enfriar su mercado bursátil. Algo que puede deshacer numerosos 'carry trades' (tomar dinero prestado en Japón para invertir en China). El euro cerró en 1,3450 dólares.