Toda temporada de resultados en EEUU tiene varias citas de referencia: el pitido inicial que da Alcoa, los gigantes de la tecnología, los de Internet, las cifras de Exxon (la mayor empresa del mundo)... y las de General Electric.
Estas últimas, que se publicarán esta tarde, cobran una dimensión muy especial en la temporada actual debido a la enorme incertidumbre que se cierne sobre el escenario económico. Los analistas esperan que General Electric (GE.NY) arroje algo de luz en estas sombras ya que los resultados del mayor conglomerado del mundo son una aproximación a la marcha del país.
Como saben, el mercado espera una fuerte desaceleración del conjunto de los resultados empresariales (desde los crecimientos superiores al 10% de trimestres anteriores a poco más del 3%). Pero no sólo se trata de eso, sino de la situación general de la economía. GE está presente prácticamente en todos los sectores de actividad, por lo que se la considera una aproximación muy fiable a la situación económica de EEUU en particular y del mundo en general (de hecho, los mayores crecimientos vendrán de sus negocios en países emergentes).
El consenso espera un beneficio de 44 centavos por acción antes de extraordinarios, con un incremento del 12% respecto al primer trimestre del año pasado. Las expectativas para los ingresos son de un aumento del 5% hasta 39.800 millones. Aunque se trata de unas cifras notables, suponen también una ralentización respecto a los crecimientos superiores al 10% del año pasado.
Detrás de esta desaceleración hay algunas desinversiones y los extraordinarios logrados en 2006 con los Juegos Olímpicos de Invierno, pero también un debilitamiento del entorno.
Bien el negocio financiero, mal el industrial
Los analistas esperan unos resultados mucho más fuertes del área financiera que de la industrial, afectada por la crisis de la construcción en EEUU. Asimismo, las previsiones no son nada buenas para su grupo mediático NBC Universal, que está perdiendo la batalla contra Disney y que ayer despidió a la estrella de su emisora de radio por hacer comentarios racistas en antena.
Estos problemas en el área industrial son los que más preocupan a los analistas, puesto que se derivan en gran parte del pinchazo inmobiliario. Por eso, esperan con impaciencia las previsiones que hará el presidente de GE, Jeff Immelt, en las que suele hacer un diagnóstico de la situación económica.
Por otra parte, el mercado tiene una percepción de GE como un valor defensivo muy adecuado para refugiarse en momentos de desaceleración como el actual. Máxime, cuando está tan barato como ahora después de descontar esa ralentización: el valor baja un 5% en lo que va de 2007 y cotiza con el PER más bajo desde principios de 2003, mientras que su rentabilidad por dividendo, el 3,2%, es la más alta de la última década.