La bolsa japonesa ha vuelto a cerrar con descensos de importancia amilanada por la preocupación que amedrenta a todos los mercados en estos inciertos días: la evolución de los tipos de interés. El índice de referencia del mercado nipón y del continente asiático en general ha perdido un 1,6 por ciento de su valor que le deja en 15.599 puntos, un 10 por ciento por debajo de los máximos de seis años alcanzados hace algo más de un mes. Sin embargo, y a pesar del ambiente pesimista que se respira en los mercados de acciones, los analistas de Goldman Sachs han recomendado comprar acciones japonesas a sus clientes porque opinan que los beneficios de las compañías seguirán creciendo y porque la recuperación de la demanda doméstica es un punto a favor.