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Intel paga caros los precios baratos de sus chips por la guerra con AMD

Ainhoa Giménez, Bolságora
17/01/2007 - 1:09

Aunque en nuestro país sea difícil comprobarlo en multitud de sectores -sobre todo en la energía-, la competencia tiene el efecto de bajar los precios. Intel está comprobando dolorosamente en sus carnes este postulado básico del liberalismo: el feroz ataque de AMD a sus principales mercados le ha obligado a bajar los precios radicalmente, con consecuencias desastrosas para su cuenta de resultados.

En efecto, su beneficio en el cuarto trimestre se desplomó un 40% hasta 1.500 millones de dólares, 26 centavos por acción. Sus ingresos se quedaron en 9.700 millones, un 5% menos que hace un año. A pesar de las caídas, ambas cifras superaron unas previsiones extraordinariamente pesimistas de Wall Street.

Pero eso no sirvió para animar al valor, que cayó más del 2,5% en el after hours. El motivo es que lo ocurrido este trimestre no es una excepción, sino que va a ser la regla en el futuro: el líder mundial de procesadores admitió que sus cuentas van a seguir presionadas por la guerra de precios con AMD. Por cierto, a ésta tampoco le van demasiado bien las cosas con esta estrategia: la semana pasada dio un profit warning causado precisamente por la caída de los precios de venta.

Los analistas más finos que siguen a Intel siempre dicen que la clave está en los márgenes: aunque cumplieron los pronósticos de situarse en torno al 50% (49,6%), antes de la guerra de precios andaban entre el 55% y el 60% -hace un año estaban en el 61,8%-. Y se supone que, en un entorno expansivo de la economía mundial, estos márgenes deberían estar creciendo, no reduciéndose (recuerden que, en la mayoría de los sectores, los márgenes están en máximos históricos).

Si Intel y AMD fueran españolas, se pondrían de acuerdo para subir los precios conjuntamente y Santas Pascuas. Como son empresas serias, lo que hacen es competir con dureza y tomar las medidas necesarias: Intel ha vendido varios negocios de chips no estratégicos (como los de memoria) y planea recortar un 10% su plantilla para mediados de año.

Para los inversores, la cuestión más relevante no es si Intel puede sacudirse el marasmo actual y volver a una senda de crecimiento. La cuestión es si Intel sigue siendo un valor líder del Nasdaq y de la tecnología en general, o ha sido sustituido por los nuevos líderes de Internet 2.0. En Bolságora hemos defendido que hay un claro relevo en la tecnología, con Apple y Google a la cabeza de la revolución. Tal vez Intel tenga que ser sustituido por los fabricantes de chips para los dispositivos portátiles que amenazan el reinado del ordenador personal.

Como todo lo fundamental tiene su correlato técnico, la pregunta en este ámbito es si el Nasdaq puede confirmar su ruptura alcista sin la ayuda de Intel, que intenta confirmar una vuelta alcista iniciada en los mínimos del verano pasado, sin mucho éxito de momento: la resistencia de los 22,5 dólares, los máximos de noviembre. Ayer volvió a estrellarse contra ella.