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El plan 'letal' del ferretero catalán que tiene atemorizado a Puigdemont


    Sara Olivo

    La historia tiene todos los elementos de las primeras comedias de Woody Allen, al estilo Bananas, pero no estamos hablando de un guión de ficción: es absolutamente cierta. Los protagonistas son un ex presidente de la Generalitat a la fuga, Carles Puigdemont, y un ferretero. El comerciante se llama Gerard Bellalta y va camino de superar la fama del tío ferretero de Penélope Cruz. El plan es letal... Pero para morirse de risa.

    Bellalta está dispuesto, como los Austrias, a triunfar en Bélgica con un propósito: traer a Puigdemont. Y le va a salir bastante más caro de lo que le costaba poner una pica en Flandes a Felipe II: le puede salir por 200.000 euros. El ferretero catalán tiene un plan genial para traerse a Puigdemont a España y aunque ha ofrecido una recompensa, no se trata de un secuestro. El fugado ex presidente catalán no las tiene todas consigo y ha pedido amparo legal porque se siente amenazado.

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    Puigdemont ha denunciado ante la mesa del Parlament que Gerard Bellalta ha puesto precio a su cabeza en una carta que ha sido publicada por medios como Público. "Días atrás trascendió, a través de los medios de comunicación, que un empresario de nombre Gerard Bellalta ofrece la cantidad de 100.000 euros como recompensa por secuestrarme. Al margen de las acciones que el ministerio público tendría que emprender contra alguien que declara públicamente la intención de cometer un delito de esta entidad, que puede incentivar acciones ilegales de espontáneos o de voluntarios de diferente índole, como miembro que soy del Parlament de Catalunya, pido amparo a la Mesa", decía la carta de Puigdemont.

    Si quería meterle el miedo en el cuerpo ha dado en el clavo, pero nuestro ferretero es muy listo. En declaraciones recogidas por la Cope ha manifestado que tiene un plan secreto que no puede fallar, pero no se trata de ningún secuestro. Su idea está basada en "tocarle la fibra. Le diría una cosa que le tocaría tanto, pero tanto, que no tendría más remedio que volver. Él mismo, por su propio pie. No cogería ni el avión, vendría en coche. A menos que sea una persona sin ética ni escrúpulos, volvería de inmediato". No ha aclarado si piensa amenazarle con regalarle los éxitos de Camela u obligarle a hacer abluciones con cava extremeño. No da detalles pero el dinero no es un problema: "Yo no quiero hacer una chapuza, como han hecho algunos yendo a Waterloo para nada. Yo quiero traer a Puigdemont a casa para que entre por la puerta grande. Me da igual que me cueste 100.000 que 200.000".

    Gerard afirma: "Se lo digo a Abascal y especialmente a Casado: si a mí me dejan, en 24 horas tenemos a Puigdemont en la frontera y por su propia voluntad. Lo que cueste esa operación, lo pongo yo de mi bolsillo". Gerard es empresario, columnista y también presidente del Círculo de empresarios de Tabarnia. Fue candidato a la alcaldía de Vilanova por el partido PxC y es persona non grata entre los líderes separatistas.

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    El plan de Bellalta es alto secreto

    El plan, sin embargo, parece tener serias grietas y si pretende triunfar va a tener que recurrir a otros métodos más expeditivos: "En realidad yo le diría eso que le tengo que decir y él me mandaría a paseo. Entonces yo llamaría a otra persona que de inmediato le convencería de que volviese". ¿Y qué haría esa persona? ¿Amordazarle con un pañuelo de maño? ¿Exorcizarle con una jota? Lo que sí ha dejado claro, según publica la Cope, es que Gerard no piensa viajar a Bruselas: "No voy a hacer una payasada como hizo Boadella o aquello de Inés Arrimadas. No me costaría ir un fin de semana allí a jugar al golf y encontrarme con él, se lo digo a mi mujer y ya está. Pero mi plan no va así. No voy a desvelar más".

    Gerard Bellalta, catalán de pura cepa, escribió recientemente para Alerta Digital un artículo dedicado a Torra que incluía esta frase en su título: "Yo me cago en tu puta madre". Y en él decía cosas como esta: "Quim Torra es la quintaesencia del mal. Acabar con el mal es tarea urgente e inaplazable. Insultar a nuestros hermanos españoles no debería salirles gratis. Apelar a la superioridad de la raza catalana en una región donde el veinte por ciento procede del Mahgreb describe al psicópata que estos cerdos llevan dentro. Hacer distingos raciales entre catalanes y españoles en una región donde García es el apellido más extendido describe la realidad virtual en la que viven instalados estos canallas. No es hora de diálogo, es hora de apelar al orgullo racial de los españoles para revertir el curso de los acontecimientos. España, centinela y guardiana de Occidente, ¡a por estos hijos de puta!".