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Un príncipe escapa de los Emiratos Árabes: "Abu Dabi somete a mi familia a presión y chantaje"
Informalia
Rashid bin Hamad bin al Sharqi, segundo hijo del actual emir de Fujairah, aterrizó el pasado 16 de mayo en el aeropuerto de Doha, la capital de Qatar, solicitando asilo político. Asegura temer por su vida y acusa a Abu Dabi, el emirato más rico en petróleo que dirige la federación, y a su heredero Mohamed bin Zayed, de someter a su familia a presiones y chantaje.
El emirato de Fujairah, uno de los siete que forman el país, tiene una población de no más de 150.000 personas. Su economía se basa en el impulso del comercio portuario y la construcción de lujosos complejos hoteleros en la costa, una actividad lejana del poder de Abu Dabi y Dubai, los emiratos más potentes que se reparten las instituciones emiratíes.
Rashid bin Hamad bin al Sharqi (31) se encontraba en la esfera pública de Fujairah hasta abril de este año. Dirigía el departamento de medios del emirato hasta su repentina escapada. El pasado 16 de mayo, hizo escala en Londres hasta llegar finalmente a Doha, país vecino sobre el que pesa (desde junio de 2017) un bloqueo por tierra, mar y aire decretado por Arabia Saudí, Emiratos, Bahrein y Egipto.
Desde aquí amenaza con destapar los trapos sucios y las tensiones que existen en las siete cortes de Emiratos: "Soy el primer miembro de una familia real que escapa de Emiratos y voy a decir todo lo que sé de ellos", ha asegurado el príncipe en una entrevista al New York Times esta semana.
Rashid teme por su vida y ha acusado al emirato más rico en petróleo, Abu Dabi, y a su heredero, Mohamed bin Zayed, de someter a su familia a presiones y chantaje. Les ha culpado de blanqueo de capitales aunque, hasta la fecha, no ha presentado pruebas que lo corroboren, y también ha alegado que le han amenazado con difundir vídeos íntimos y comprometedores que, según él, son "fabricaciones".
También ha asegurado que le presionaron para transferir decenas de millones de dólares a su nombre a personas que no conocía en el extranjero: "Me dijeron: 'Envía el dinero aquí". Reconoce haber firmado transferencias que ascendían a 70 millones de dólares con destino a Líbano, Egipto, Siria, Marruecos, Jordania, India o Ucrania. Según su relato, rechazó cualquier colaboración cuando sospechó que la intención de los agentes era reemplazar a su hermano mayor como sucesor, la pasada primavera.
Rashid era uno de los principales aspirantes al trono, mientras que su hermano Mohamed bin Hamad Al Sharqi, un año mayor, era el heredero oficial. Está casado precisamente con Sheikha Latifa, una hija del emir de Dubai y vicepresidente de Emiratos, Mohamed bin Rashid al Maktum, para fortalecer las relaciones con uno de los emiratos más potentes de la federación.
La princesa Latifa (33) fue secuestrada el pasado mes de marzo por fuerzas especiales emiratíes en aguas indias, en plena huida de Emiratos en un yate. Desde entonces, algunas organizaciones de derechos humanos han exigido sin éxito su inmediata puesta en libertad.