Actualidad

Así es Mikhail Fridamn, el músico ruso y rico que se esconde tras la marca Dia


    Informalia

    Esta semana, el empresario de 53 años anunció a través de su firma de inversión Letterone Investment que se convertiría en el máximo accionista de la cadena de supermercados Dia, tras adquirir el 25% de su capital social. Y es que el empresario es uno de los hombres más poderos e influyentes del mundo, llegando a estar en el puesto número 13 del sector retail.

    Su buena mano con los negocios ha hecho que Fridman, de origen ucraniano y con doble nacionalidad rusa, se encuentre entre los 100 hombres más ricos del mundo y que su fortuna alcance los 14.700 millones de euros, según datos de Bloomberg. Fue el pasado mes de julio cuando se adentró en la cadena española, llevándola al alza bursátil: el grupo Dia, que no había dejado de caer en la bolsa, alcanzó los mejores datos de su historia en el Ibex-35. 

    Criado en el seno de una familia de ingenieros, se graduó en el Instituto de Moscú de Acero y Aleaciones con distinción y es experto en ingeniería metalúrgica. Fiel creyente, profesa el judaísmo. De hecho, es el vicepresidente del Congreso Judío Ruso y cabeza de su comité cultural, y ha patrocinado distintos homenajes a la cultura judía e iniciativas culturales rusas en Europa.

    Su principal pasión siempre fue la música y tocó en una banda junto a unos amigos.

    Durante su época en la universidad, dio sus primeros pasos en el mundo de los negocios a través de Strawberry Fields, un club nocturno que dirigía a la vez que vendía entradas en el teatro de Moscú. Sin embargo, no fue hasta finales de 1980 cuando creó su primer gran negocio: una empresa de limpieza de ventanas.

    Polifacético y aventurero, Fridman también probó suerte junto a sus dos compañeros de universidad, German Khan y Alexey Kuzmichev, vendiendo alfombras y ordenadores a través de la compañía Alfa-Eco, que más tarde se rebautizó como Alfa Group y amplió el negocio a copiadoras, reparación y mantenimiento de oficinas.  

    No obstante, su gran fortuna comenzó a amasarse tras la caída de la URSS, cuando el magnate logró posicionarse en el mundo de las finanzas y estableció un banco comercial, Alfa Bank, del que posee el 32.9% de sus acciones. Se trata de la séptima entidad más grande de Rusia por activos, según datos de Bakin.ru.

    Pero esto no es todo. El multimillonario también tiene participaciones en tres empresas que cotizan en bolsa, entre que las que destaca el 22% que posee de X5, una minorista de alimentos conocido como el 'Mercadona ruso'. Además, tiene inversiones en el servicio de reserva de automóviles Uber y en el proveedor de servicios de Internet móvil FreedomPop. 

    Mikhail Fridman tiene dos hijas, Larisa y Katerina, fruto de su relación con su exmujer, Olga. Además, mantiene una muy buena relación con el presidente ruso Vladmir Putin y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, unas amistades que le llevaron a estar en el punto de mira de la prensa en 2003, cuando el gobierno ruso vendió dos lujosas propiedades a bajo coste a dos compañías, la de Fridman y la del exministro Mijaíl Kasyanov, por lo que los medios alegaron que existían conexiones financieras entre el empresario y el gobierno, algo que negó rotundamente.