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Los fabulosos 101 años de vida de David Rockefeller, nieto del fundador de la saga
- El multimillonario falleció este lunes en Nueva York
Informalia
Su fortuna de apenas 3.000 millones de dólares no estaba ya entre las primeras de la última lista Forbes. Bill Gates supera los 80.000 millones de euros (86.000 millones de dólares), por detrás están Warren Buffet, con un patrimonio de 75.600 millones de dólares (70.375 millones de euros), el fundador de Amazon, Jeff Bezos, con un incremento, con 72.800 millones dólares (67.768 millones de euros) y Amancio Ortega, con 71.300 millones de dólares (66.381 millones de euros). Sin embargo, por encima de todos esos apellidos el de Rockefeller es sinónimo de multimillonario.
Se casó en 1940 con Margaret McGrath, su compañera durante 56 años: Peggy, como la llamaban todos, murió en 1996 en Nueva York, a los 80 años, tras una complicación cardíaca. Con ella tuvo seis hijos: David Jr., Abigail, Neva Goodwin, Margaret Dulany, Richard y Eileen.David
Rockefeller, que ha sobrevivido 20 años a su mujer, falleció este lunes en su mansión de Pocantico Hills, cerca de Nueva York, a los 101 años. La longevidad en los Rockefeller se remonta al fundador del imperio, quien murió a los 97 años. David era el único superviviente de los nietos de John D. Rockefeller, el magnate que construyó la mayor fortuna de EE.UU. con el negocio del petróleo y los ferrocarriles y que simbolizó el despegue industrial estadounidense de finales del siglo XIX. David deja herederos: las siguientes generaciones, cinco hijos, diez nietos y diez bisnietos, entre otros familiares, continuarán disfrutando de la fortuna de los Rockefeller.
El hijo hijo menor de John D. Rockefeller Jr. y de Abby Aldrich nació el 12 de junio de 1915 en la calle 53 Oeste de Manhattan. De su padre heredó la capacidad para los negocios y de su madre la pasión por el arte. David, sexto y último nieto del magnate legendario creció rodeado de la abundancia material que le proporcionó su abuelo. La mansión de sus padres era por aquella época la residencia privada más grande de Nueva York. Con nueve pisos en el corazón de la Gran Manzana, era en sí misma un museo de arte repleto de obras de todo el mundo. El nieto del fundador de la Standard Oil estudió en las universidades de Harvard y de Chicago, ésta fundada por abuelo. En la primera se graduó en 1936 en Ciencias, mientras que en la otra se doctoró en Economía en 1940, año en el que se casó. En Harvard fue discípulo de Joseph Schumpeter, académico austriaco, ex ministro de Finanzas de ese país y catedrático responsable de las teorías sobre los ciclos económicos.
Los obituarios de la prensa norteamericana recuerdan que su padre exigía etiqueta cada noche para la cena a la familia. Los niños de los Rockefeller patinaban por la Quinta Avenida mientras el chófer les seguía con una limusina por detrás por si se cansaban o se caían. Pasaban los veranos en Nueva Inglaterra, donde poseían una mansión con tierras en Seal Harbor (Maine). Los fines de semana, en Pocantico Hills, al nordeste de Sleepy Hollow y al sudoeste de Pleasantville, dos ciudades que un siglo después nos resultan muy cinematográficas. David de pequeño se reunía todos los días con sus hermanos para rezar con su padre. Sus padres quisieron que se educara en un colegio en la calle 96 de Manhattan, con chicos de otras clases sociales. En verano le cuidaban tutoras francesas.
Su hermano Nelson fue vicepresidente en el mandato de Gerald Ford (entre 1974 y 1977) gobernador de Nueva York en cuatro ocasiones (entre 1959 y 1973). Nelson estuvo a punto de ser presidente de los Estados Unidos: perdió las primarias republicanas con Richard Nixon. Sin embargo, lograría ser vicepresidente Ford después de que el escándalo Watergate apeara a su antiguo rival de la Casa Blanca. David prefirió los negocios a la política. Lideró el Chase Manhattan Bank, entidad a la que se incirporó tras acabar la Segunda Guerra Mundial. Por cierto que el 'niño rico' sirvió como capitán en las campañas del Norte de África y en Francia.
En 1961 se convirtió en presidente de Chase Manhattan y puso en marcha la expansión internacional del banco. En los 70 estuvo en el foco mediático gracias a sus reuniones con con líderes como el soviético Brezhnev, Anwar el-Sadat en Egipto, o el propio Juan Carlos de Borbón, durante los primeros años de la transición en España, tras la muerte de Franco.
Como CEO de Chase Manhattan Bank (entidad que nació en 1955 a partir de la fusión entre el Chase y el Manhattan Bank, hoy simplemente Chase), David conoció más de cien países y participó en decenas de miles de comidas y reuniones con los más altos representantes de esas naciones. Por su impulso y el de su hermano mayor, John III, -entre otros- fueron construidas las Torres Gemelas, que fueron apodadas con sus nombres los primeros años de vida.
Como filántropo donó miles de millones de dólares a instituciones como la universidad de Harvard (donde estudió), pero fue sobre todo mecenas y gran amante del arte: reunió a lo largo de su extensa vida una colección de 15.000 obras y durante años ocupó cargos ejecutivos y honoríficos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), fundado por su madre, Abby Aldrich Rockefeller, hacia 1929. David Rockefeller fue uno de los impulsores del patrocinio del arte por parte de las grande empresas.