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Francisco González se refugia en Mallorca junto a su mujer para disfrutar de la playa


    Silvia Armesto

    El pasado 30 de julio, Francisco González rompió su silencio para defenderse y defender al BBVA. "Durante mi presidencia hemos trabajado bajo unos estrictos estándares de conducta", dijo en un comunicado. Pero la presión ambiental no cesó y nada como escapar a las playas de Mallorca para huir del ruido. Allí no parece afectar en exceso al ex presidente el irrespirable ambiente que inunda la sede del BBVA por la investigación sobre los espionajes pagados a  Villarejo.

    Recordemos que el ex comisario acusó al anterior presidente de la entidad de realizar escuchas ilegales a directivos y políticos, entre ellos el antiguo mandamás de Sacyr, Luis del Rivero, y el ex ministro de Industria socialista, Miguel Sebastián.

    Dicen los expertos que el coste reputacional es enorme y que el accionista va a pagar las consecuencias. Este jueves, el precio de la acción de BBVA cerró a 4,23 euros, cerca de mínimos.

    Pero Francisco González prefiere a sus 75 años tomarse con calma el verano y disfrutar del mar. Ya ni siquiera ejerce de presidente de honor, cargo del que fue apeado por la presión de un grupo de accionistas que amenazaron con boicotear la última Junta de la entidad. FG renunció temporalmente y trató de mantener algunos de sus privilegios, como despacho o avión privado. Se los quietaron finalmente pero mantuvo más de media docena de escoltas pagados por la entidad, y que parece que le acompañan en sus vacaciones.

    Pero mientras sigue adelante la operación Tándem, que investiga los trabajos que Villarejo prestó durante 14 años a la entidad bancaria, González goza de un elevado nivel de vida gracias a las ingentes cantidades de dinero que ganó durante sus años en la esfera de la banca. La cuestión es que FG está de vacaciones en Mallorca con su mujer, Carmen Ordóñez Cousillas.

    El ex presidente tiene una mansión en Andraxt, situada en una finca que compró hace años junto con quien en su esposa desde hace cerca de medios siglo, a través de su sociedad familiar. Mallorca es mucho más que un lugar de vacaciones para el banquero porque allí se casaron sus dos hijas, a las que es posible que veamos por la zona junto a sus maridos y los nietos del ex presidente. Pero FG a veces deja sus posesiones y alquila unas hamacas con sombrillas en la playa, aunque sin renunciar a sus guardaespaldas. Allí fue captado esta semana por los paparazzi de la agencia Gtres. Su incesante afición por acudir regularmente al gimnasio, y su amor por el golf le mantienen a sus 75 años en plena forma como podemos observar.