Como si del séptimo de caballería se tratase, la Reserva Federal acudió ayer al rescate de unas bolsas que estaban al borde del abismo después de la nueva caída del lunes y que ignoraban reiteradamente los buenos resultados empresariales en EEUU.
Además, el rescate llegó por partida doble: primero, una de los miembros del Comité de Mercado Abierto expresó sus temores a que la Fed se pase subiendo los tipos y provoque una recesión; y después, las actas de la reunión del 28 de marzo revelaron que la mayoría de los miembros cree que el fin de las subidas está próximo y que está preocupada por dichos efectos retrasados de su política.
Esto, unido a un dato de precios industriales más moderado de lo que se esperaba en su tasa subyacente, determinó un nuevo cambio del consenso sobre los tipos. Ahora, todo el mundo vuelve a esperar que las subidas terminen en el 5% en mayo, cuando hace una semana las apuestas eran de una subida hasta el 5,25% ó 5,5%. También se conoció una caída mayor de la esperada de la construcción de nuevas viviendas.
Y este cambio de expectativas fue lo que sacudió los temores a los índices neoyorquinos y desató la euforia generalizada. El Dow Jones se disparó el 1,76%, el S&P 500 subió el 1,73% y el Nasdaq lideró las alzas -igual que había liderado las caídas previas- con el 1,95%.
Los demás mercados también reaccionaron a las actas de la Fed, aunque más moderadamente. El dólar se debilitó aún más, con lo que el euro superó los 1,23 dólares. La deuda abandonó por un día su desplome en precio, aunque la recuperación fue ligera: su rentabilidad -que se mueve a la inversa del precio- bajó hasta el 4,98%. Por el contrario, el oro ignoró las menores presiones inflacionistas y siguió su marcha triunfal superando los 620 dólares por primera vez en 25 años.
Ah, y el petróleo marcó un nuevo récord histórico tanto en Europa como en EEUU. Allí, el barril subió 95 centavos hasta 71,35 dólares. Lo cual no evitó el subidón de las bolsas, para desconcierto de los que no entienden las prioridades del mercado y todavía se creen que la renta variable se mueve al son del crudo.
Ayer tuvimos una buena ración de resultados, aunque el grueso se conoció tras el cierre. Antes, Merrill Lynch sorprendió positivamente y Johnson & Johnson cumplió las expectativas. En el after hours, fueron bien recibidos los de Yahoo, Texas Instruments e IBM, mientras que Motorola sufrió un duro castigo.