La oportunidad libia

Durante los tres últimos días he estado en Libia, en un viaje con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, que podréis leer este miércoles en elEcomonomista. El régimen de Gadafi es atrasado, la mujer está proscrita, los ciudadanos guardan el dinero debajo de las baldosas porque no hay sistema bancario y el paro asciende a cerca del 30 por ciento de la población, pese a que es un pais inmensamente rico. En la entrevista que mantuvimos con el presidente de la compañía nacional de petróleo libia, éste llegó a asegurar: «Cada vez tenemos más la impresión de que Libia está asentada sobre un lago de petróleo». Se trata, además, de un crudo de muy buena calidad, cuya coste de extracción es de sólo de un dólar por barril, frente a los 73 a los que se vende en los mercados internacionales. La cuestión es ¿quién se queda, entonces, con la diferencia? Porque el país está para salir corriendo, sin carreteras, casas de barro, insalubres….Nos explicaron, que el régimen está haciendo un esfuerzo por abrirse y que en unos años puede ser una pequeña Suiza. Ojalá…De momento, sólo hay un hotel de cinco estrella en Trípoli para los hombres de negocios y las empresas extranjeras brillan por su ausencia. Pero, en fin, cosas más difíciles he visto. Atentos los empresarios, porque puede ser un gran negocio renovar todo un país. Si dejan, claro. En la actualidad, los extranjeros no pueden abrir cuentas corrientes, ni tener propiedades en el país. Yo soy escéptico. Más bien creo que en unos años conoceremos que uno de los hombres más ricos del mundo es Gadafi y su descendencia, gracias al petróleo del pueblo libio.  

3 comentarios en “La oportunidad libia”

  1. Pablo Indignao dice:

    La oportunidad es Libia, pero quien invertiría alli en un país tan subdesarrollado sin ninguna seguridad jurídica, si es España (vanguardia espléndida del progreso) y la seguridad jurídica aquí se sirve de complemento adornando a la corrupción. En fin probablemente el pueblo libio sea el perjudicado de ser rico, porque con tanto rio revuelto de riqueza se sabe que es ganancia de pescadores o mejor aún ganancia de Gadafi. Mientras el pueblo libio muere de hambre, de suciedad y de tristeza el hijo del magnifico gadafi es dueño de un gran club de futbol italianao, y se permite el pequeño lujo de tener una limusina Hummer de más de 15 metros, pero que más dá, Gadafi sigue de presidente, pero claro este hombre colabora con Europa y por eso no es un Sadam de turno, en fín, pensar que nuestra riqueza está en manos de personajes así, ya que os recuerdo que el crudo condiciona de manera nefasta nuestra balanza de pagos, que siempre será deficitaria si cobra a 73 lo que le cuesta 1 euros…y su pueblo muriéndose….

  2. Emilio Ramos Fernández dice:

    me acuerdo que en los años setenta gobernaba Libia el rey Idrisy Gadafi era un coronel del ejercito. Gadafi dió un golpe de Estado alegando que el rey se pasaba el dia en Monaco jugando en el casino y ahora veo que lo unico que hizo es lo quer hicieron todos los que dieron golpes de estado desde la izquierda, sin variación: QUITATE TU PARA PONERME YO.

  3. pilar dice:

    Buen periódico eleconomista.es, sí señor. Tiembla Expansión

Deja tu comentario

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, le informamos de que sus datos serán incorporados a un fichero propiedad de EDITORIAL ECOPRENSA, S.A. (en adelante, El Economista) con la finalidad de gestionar su utilización de los blogs. Usted puede ejercitar sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a El Economista. C/ Condesa de Venadito, 1- 3º 28027 Madrid. elEconomista podrá limitar, total o parcialmente, el acceso a sus servicios a determinados Usuarios, así como cancelar, suspender, bloquear o eliminar determinado tipo de contenidos si tuviese conocimiento efectivo de que la actividad o información almacenada y/o difundida es ilícita o de que lesiona bienes o derechos de un tercero. No obstante, elEconomista no tiene obligación de controlar la utilización que los Usuarios hacen de los servicios y, por consiguiente, no garantiza que los Usuarios hagan un uso diligente y/o prudente de los mismos. Tampoco tiene la obligación de verificar y no verifica la identidad de los Usuarios, ni la veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de los datos que los Usuarios proporcionan sobre sí mismos. elEconomista excluye cualquier responsabilidad por los daños y perjuicios de toda naturaleza que pudieran deberse a la utilización de los servicios y de los contenidos por parte de los usuarios o que puedan deberse a la ilicitud, carácter lesivo, falta de veracidad, vigencia, exhaustividad y/o autenticidad de la información que los usuarios proporcionan a otros usuarios acerca de sí mismos y, en particular, por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la suplantación de la personalidad de un tercero efectuada por un usuario en cualquier clase de comunicación realizada a través del portal.