La selección española de balonmano cayó este miércoles ante Francia en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos (JJOO) por un corto 22-23. El último gol del partido, el que supuso la derrota de los nuestros, llego a falta de un segundo para que acabar el choque. Fue un tanto ilegal. Acambray, su autor, estaba pisando la línea del área cuando lanzó a puerta. Esta circunstancia debió invalidar el tanto.
Las imágenes de televisión demuestran que su pie está claramente sobre la raya. Pese a ello, los colegiados decidieron no anular la acción, para malestar de una equipo, España, acostumbrado a este tipo de circunstancias. Ya en los primeros partidos, Valero Rivera clamó contra la constante permisividad que existía con los rivales de los nuestros y las constantes faltas pitadas a los suyos. Ante Dinamarca, en la primera fase, explotó:
"Lo de Julen [Aginagalde] lo llevo diciendo desde hace tres años y medio y es una pena, porque es el mejor pivote del mundo, un espectáculo, y si le dejaran jugar la gente disfrutaría, pero a él le pueden defender en cinco metros y medio, le pueden empujar, le pueden agarrar y encima le pitan falta en ataque", comentó.
Las quejas siguieron y se perpetuaron ayer, con una nueva decisión contra los nuestros que, quizá, en caso de haber sido señalada correctamente, podría haber dado a España la opción de luchar por las medallas.
Los 'robos' españoles