Televisión
María Patiño estrena 'La familia de la tele': "Si TVE me obliga a morderme la lengua, me voy a envenenar viva"
- Hablamos con la presentadora del nuevo 'Sálvame' que La 1 estrena esta tarde
- "Hay gente que no me aguanta, pero nosotros entretenemos incluso cuando cabreamos al público"
- Rosa Benito se sube al barco de TVE y ficha por un conocido programa de la cadena pública: todo sobre su estreno
David Saiz
María Patiño ha pasado de ser una de las mejores colaboradoras de la televisión a convertirse en presentadora multitask. En Ni que fuéramos, el programa que mantuvo viva la llama de Sálvame hasta su desembarco en TVE con La familia de la tele, Patiño se reveló como una showoman, una vedette del entretenimiento que hacía lo que se le pasaba por la cabeza para exprimir los pocos recursos que tenía en ese momento con los tertulianos que encontraba a mano. "Ahí me di cuenta que algo de tele sí sé", admite la periodista. Ahora, llega a la cadena pública con el miedo y los nervios de una principiante. "Soy una persona bastante más insegura de lo que proyecto", nos reconoce antes de ponerse al frente de las nuevas tardes de La 1. Todo son dudas sobre lo que ocurrirá a partir de hoy a las 15.50, pero Patiño está segura de que el programa va a funcionar. "Le he dicho a Jorge Javier que le voy a ganar y me ha dicho que me relaje".
¿Estás nerviosa ante el estreno de La familia de la tele?
Sí. Porque es todo nuevo y no sé exactamente qué es lo que quieren de mí. Soy una persona bastante más insegura de lo que proyecto. Yo me pongo nerviosa en todo lo que hago, pero creo que eso es bueno.
Últimamente, has dicho que por fin te crees presentadora. ¿Tenías el 'síndrome del impostor'?
En Ni que fuéramos teníamos pocos medios. Trabajábamos sin cue, sin prácticamente publicidad, con la cámara fija cuatro horas, donde todo se proyectaba en mí... Y ahí dije: 'Ostras, pues va a ser que algo de televisión sí sé'.
¿En algún momento, en Ni que fuéramos, te dabas cuenta de que tenías que hacer algo para levantar el show?
A veces nos mirábamos y si me daba cuenta de que alga era un coñazo, pensaba: 'Si me aburro yo, la señora que está viéndonos, también'.
¿Y qué hacías en ese momento?
Siempre se me ocurre algo. Siempre hay algo que me sirve de elemento para tocar las narices...
¿Y te han dicho si en TVE vas a poder seguir haciéndolo?
Esa es la pregunta del millón. A ver, yo siempre digo que hay muchas líneas editoriales, también en las revistas del corazón. Yo no lo llamo censura, lo llamo línea editorial. Y yo me adapto a cualquier línea editorial, como nos hemos adaptado y nos adaptaremos todos. Eso es como yo lo veo. No lo sé, a lo mejor cuando esto empiece digo: 'Mira, estoy atada y tengo un pañuelo en la boca'.
Igual en TVE os tenéis que morder un poco la lengua...
Pues me voy a envenenar viva.
En TVE no se debería poder ver una bronca tan desagradable como la que Víctor Sandoval tuvo con Marta Riesco en TEN.
Pero es que tampoco tenía que haber pasado donde pasó. No fue algo que aplaudiésemos y que nos gustase. Y, evidentemente, eso hay que evitarlo en Ni que fuéramos, en TVE y en otros sitios. Hay que evitarlo siempre.
¿Ni que fuéramos ha sido un entrenamiento para bajar el tono y adaptaros a los códigos de una cadena pública?
No sé, a mí es que Ni que fuéramos me ha dado recursos que yo no sabía que tenía. Recuerdo perfectamente que cuando denunciaron a Errejón, terminó Ni que fuéramos y me dijeron: 'Toma, tienes que hacer un programa en directo sobre este tema de actualidad y van a entrar tres personas'. Y me di cuenta de que al final el concepto de entrevista es el mismo. A la Pantoja le preguntaría cuánto dinero debes, y a este señor, dónde conoció a esta señora que te ha puesto una denuncia. Me di cuenta de que podía hacerlo. Y eso a mí en mi vida se me hubiese ocurrido, que hubiesen podido confiar en mí para hacer un tema de actualidad y tan delicado como es un tema de abuso sexual.
¿Cómo vas a llevar la presión de las audiencias ahora que volvéis a una cadena grande?
Te digo una cosa, aunque no te lo creas, cuando estaba en Ni que fuéramos, bajar una décima era un horror. Tengo espíritu competitivo.
¿Crees que vais a ganar a Jorge Javier Vázquez (El Diario)?
Sí.
¿Y a Sonsoles?
Sí.
¿Se lo has dicho a Jorge esto? ¿Qué ha contestado él?
Sí, yo hablo con él. Me ha dicho que me relaje. Ahora está en su mejor momento...
¿Ves tu salto a TVE como una recompensa de la vida tras tu salida de Mediaset?
No quiero vivirlo así. A mí todo me ha pasado de una manera muy rápida, porque empecé la tele de una manera... sin yo haberlo buscado. Empecé presentando testimonios en Sabor a ti, que lo hacía Ana Rosa y ella tuvo que irse. Lo digo para que esto lo lea Jorge Javier [risas]. Pero no lo veo como si hubiese ahí alguien arriba protegiéndonos. Porque sería injusto, porque hay gente muy buena que lo ha pasado mucho peor que nosotros y no han tenido la recompensa que tenemos nosotros.
¿Qué puede ofrecer La familia de la tele como servicio público?
Yo creo que Sálvame, o un poco el espíritu nuestro, es algo que te gusta o lo detestas. Es verdad que a mí me escribe mucha gente diciendo que les hacemos reír. Incluso les cabreamos, pero se entretienen diciendo: ¡No aguanto a María Patiño! Pero esa persona está ya metida en el rollo y se está olvidando de que su hijo ha suspendido.
¿La familia de la tele va a ser un revival de Sálvame o va a tener un tono blanco?
Estamos muchos de los que formamos parte de esa familia y yo no me voy a operar el cerebro ni voy a tener otra personalidad, ni Matamoros, ni ninguno. También es verdad que Sálvame, desde que empezó a lo que derivó, fue adaptándose a las exigencias sociales, fue variando muchísimo. Yo al principio no entraba en Sálvame porque me daba miedo. Y había determinadas situaciones que ya la cadena no las permitía. Había momentos que... yo no lo llamo censura, yo creo que era una manera de intentar no agredir al espectador. Porque había momentos muy heavys. Y yo creo que esto será lo mismo, nos tendremos que ir adaptando. Pero es que tengo que vivirlo. El día siguiente de que estrenemos, tendré ya un poco la idea de lo que va a suceder.