Sonsoles Ónega rompe a llorar en directo ante el dolor de Pelayo por la muerte del Papa: "Las lágrimas dicen más que cualquier crónica"

El foco informativo continúa en Roma, donde este miércoles comienzan las exequias tras la muerte del Papa Francisco. El Sumo Pontífice falleció este lunes a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral masivo en su residencia de Santa Marta, donde se recuperaba de una neumonía que lo había obligado a permanecer ingresado en el hospital durante más de 30 días. El mundo entero llora su muerte y especialmente sus amigos más cercanos, como el corresponsal Antonio Pelayo, cuyo dolor ha emocionado a Sonsoles Ónega en una conexión en directo.

El periodista está abatido por la pérdida del Santo Padre, al que estaba muy unido: "Me encuentras en un estado de ánimo bastante deprimido, porque para mí es una pérdida personal", confesaba a la presentadora de Antena 3. "Atreverme a decir que era un amigo del Papa es excesivo, pero era muy cercano. Estuve en su apartamento hablando con él y me regaló por mi cumpleaños seis botellas de vino argentino", confesaba emocionado: "No digo que he perdido un amigo, he perdido un padre (...). Era un papa muy cercano, buscaba esa fraternidad. Y eso ningún Papa ha sido capaz de transmitirlo", apuntaba también.

La emoción de Pelayo ha conmovido a Sonsoles, que trataba de consolarlo con la voz cortada y lágrimas en los ojos: "Te agradezco la emoción, porque es lo que hay que transmitir, tus lágrimas nos dicen más que cualquier crónica", ha dicho para despedirlo.

Unas horas antes, Pelayo atendía también a Susanna Griso en Espejo Público: "Roma está conmocionada, sobre todo después de haber visto al Papa ayer, saludando a diestro y siniestro, con esa voz frágil que tenía, con unos gestos que se veía que tardaba en reaccionar. Era un Papa muy querido por los romanos", indicó el veterano periodista. Pelayo (Valladolid, 1944), que fue ordenado sacerdote en 1968, antes de estudiar Periodismo, ha ensalzado la figura del Papa Francisco. "Es un hombre que se ha desempeñado en todo. Toda su vida ha sido una entrega al pueblo de Dios", ha indicado. "Ya veíamos ayer que la recuperación era gradual, pero lenta. La voz la tenía muy tomada, los gestos eran muy poco expresivos. Es como si hubiera querido despedirse ayer".