Leiva se sincera en 'El Hormiguero' sobre sus problemas de salud: "Me han intervenido varias veces"

El Hormiguero ha terminado una nueva semana arrasando en audiencias y esta vez lo ha hecho con un invitado muy especial. Un artista que es referente en la industria musical española por su gran trayectoria profesional, primero como parte de Pereza (1998-2011) y luego en solitario. Leiva llegaba al programa de Pablo Motos para hacer un recorrido por todos sus trabajos, desde la primera vez que llenaron una sala de conciertos hasta sus nuevos proyectos: Gigantes.

Sin embargo, su conversación se limitó a la música, sino que salió a relucir su lado más personal, como los problemas que sufre de hipocondría. El cantautor aseguró que se encuentra algo "mejor": "Ya no voy a urgencias dos veces por semana. Una vez abriendo la puerta de una furgoneta muy vieja me di un golpe en la frente muy pequeño. Y a los minutos empecé a notar que la cabeza se me iba ligeramente hacia la izquierda. A los 45 minutos fui a urgencias".

Aprovechando la temática Motos preguntó al artista por su última intervención quirúrgica. "dejaron meses sin hablar, me han intervenido varias veces. Tengo un problema en la cuerda vocal. Esta es la tercera vez que me operan, he pasado muchos meses sin voz", apuntó Leiva en El Hormiguero.

El cantautor explicó que fueron "muchos muchos meses" sin poder hablar sintiendo la molestia y como "un desgraciado". "Estoy estrenándome hablando aquí en público".

No es la primera vez que Leiva se ve afectado por la afonía, pero poco a poco lo ha ido superando: "Que te pase esto te inhabilita mucho, porque no puedes hablar por teléfono, ir a la compra, y más si eres cantante, porque todo el mundo te pregunta qué te pasa. Es una putada. Problemas gordos son otros, pero como cantante es un obstáculo", concluye sobre el tema.

Repartidor de pizza

El presentador ha querido ahondar en el pasado del artista y sobre todo sobre su trabajo como repartidor de pizza "secreto", ya que su padre no quería que el trabajara con la moto.

"Yo era muy pequeño y no era mayor de edad, tendría 17 años", pone en contexto Leiva. "Yo tocaba la batería, pero no tenía una batería. Tocaba con guías de teléfono, era una cosa muy inaccesible a nivel económico. Vi que daban trabajo en la pizzería de mi barrio y le dije a mi madre 'te importa si me pongo a trabajar' me dijo 'tu padre no va a querer que trabajes con moto'. Ella fue muy cómplice y me lo permitió. Estuve trabajando de pizzero 6 meses en mi barrio, por lo que repartía en mi bloque con todos mis vecinos".

"Ahora pienso que me pagaron 33.000 pesetas al mes que serán como 180 euros y me pude comprar una batería blanca muy mala de una marca horrible pero con mucha ilusión de habérmela ganado con mi trabajo".