Mercedes Milá llama tonto a Felipe González, pelota a Gemma Nierga y condena a Aznar al "fuego eterno"
Sara Tejada
Mercedes Milá es mucho más que una presentadora; es una narradora de emociones, una mujer que ha hecho historia de la televisión y sabe que la televisión es espectáculo o no existe. Mercedes ha vivido con intensidad y ha compartido su viaje con millones de espectadores. Desde su debut en la radio hasta su memorable paso por Gran Hermano, ha dejado una huella imborrable en los medios españoles. Quien tuvo retuvo y la noche de este miércoles, el programa 59 segundos regresó a La 2 de RTVE con una entrega marcada por intensos debates y la presencia de Mercedes como invitada especial. Bajo la conducción de Gemma Nierga, el espacio abordó diversos temas de actualidad, desde el impacto cultural de la película El 47 en el marco de los Premios Goya, hasta el juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. Sin embargo, el momento más polémico de la noche lo protagonizó la propia Milá, quien no tuvo reparos en lanzar duras críticas a figuras políticas y televisivas, dejando declaraciones que demuestran la impresionante energía de la legendaria periodista de Esplugas de Llobregat, que, a sus 73 años, no dejó títere con cabeza.
Mercedes Milá dejó claro desde el principio que no se encontraba en su mejor día. "Voy a ser crítica porque estoy enfadada", advirtió al inicio de su intervención, y cumplió su promesa. Durante el debate sobre el caso Luis Rubiales, la periodista expresó su descontento con el caos del intercambio entre los invitados. "No soporto que hablen todos a la vez, es insoportable. Se dicen cosas interesantes, pero no se entiende nada", afirmó con visible molestia. No se quedó ahí: destacó el impacto positivo del caso Jennifer Hermoso, señalando que "ha cambiado la mirada de los hombres hacia nosotras. Ahora se dan cuenta de que muchas cosas que hacían no estaban bien, y ese es un primer paso".
No obstante, el momento de mayor tensión llegó cuando Milá cuestionó una práctica habitual en el plató: los aplausos provocados por el regidor. "¿Por qué no suspendéis al que provoca los aplausos del público? En mis programas eso está rigurosamente prohibido", sentenció. Ante esta observación, Gemma Nierga defendió al regidor, explicando que se trataba de una señal para el público. "Es un compañero que arranca los aplausos para marcar el fin de los vídeos", justificó. Sin embargo, Milá no se contuvo y replicó: "No seas pelota".
Felipe González: "Ahora dice tonterías"
Uno de los momentos más destacados de la entrevista llegó cuando Nierga preguntó a Milá por su opinión sobre la política actual y algunas de las figuras clave de la democracia española. La periodista no dudó en cargar contra el expresidente Felipe González, a quien calificó de "tonto" de manera implícita, criticando su evolución y sus recientes declaraciones. "Era adorado por mí, y ahora lo vemos hecho un guiñapo. No hace más que decir tonterías, según mi punto de vista", expresó con dureza. Milá se mostró especialmente crítica con la postura de González respecto al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "No puedo entender que vaya en contra de Pedro Sánchez, cuando lo que necesita es apoyo desde su propio partido. Me resulta incomprensible", añadió. Sus palabras reflejan la decepción de alguien que alguna vez admiró al líder socialista y que ahora lo considera un obstáculo para la cohesión del PSOE.
Aznar y el "fuego eterno"
Si las críticas a Felipe González sorprendieron por su contundencia, las dirigidas a José María Aznar alcanzaron otro nivel. Mercedes Milá no dudó en analizar la trayectoria del expresidente del Partido Popular, diferenciando entre sus dos legislaturas. "Aznar tuvo una primera legislatura asombrosamente aceptable. Pero cuando ganó por mayoría absoluta, empezó a cagarla desde el primer minuto. El segundo drama que tuvo fue el atentado", comentó, refiriéndose al 11-M y sus consecuencias políticas. Sin embargo, sus palabras más duras fueron dirigidas al papel actual de Aznar en la política española. Milá lo acusó de trabajar para los intereses de la ultraderecha. "Lo que está haciendo Aznar ahora, que es trabajar para la ultraderecha más ultraderecha posible, le condenará al fuego eterno. Esto lo pagará muy caro", sentenció. Estas declaraciones, que no dejaron lugar a interpretaciones suaves, se convirtieron en uno de los momentos más comentados en redes sociales tras la emisión del programa.
A pesar de las polémicas declaraciones, Milá también ofreció momentos de reflexión más calmados, especialmente al abordar el tema de la salud mental, un debate que cerró la noche en 59 segundos. La periodista, conocida por su franqueza, habló de la importancia de cuidar la mente y se sinceró sobre sus propios desafíos. "No estoy en condiciones de ser la Milá que era. Ahora quiero hacer cosas más pequeñas, con calma, sin pelearme", confesó.
En este contexto, Milá adelantó algunos detalles sobre un proyecto que le gustaría desarrollar en Televisión Española. "Mi sueño siempre ha sido hablar con personas sabias, y muchas de ellas son mayores. Me encantaría buscarlas por España, hablar con calma, con silencios, sin prisas. Eso sería hermoso", explicó. También mencionó que confía en que el actual director de RTVE, José Pablo López, pueda apoyar la idea, describiendo el posible programa como "pequeño, bonito y no excesivamente caro".
Como era de esperar, las declaraciones de Mercedes Milá no pasaron desapercibidas y generaron opiniones divididas entre el público y los medios. Mientras algunos elogiaron su honestidad y valentía para decir lo que piensa, otros la acusaron de falta de respeto hacia figuras como Felipe González y José María Aznar. En redes sociales, se abrió un debate sobre los límites de la crítica en televisión y el papel de los invitados en programas de debate. Por otro lado, la relación con Gemma Nierga, marcada por el comentario sobre su supuesta actitud de "pelota", también fue objeto de análisis. Algunos espectadores consideraron el intercambio como una muestra de la naturalidad y espontaneidad de Milá, mientras que otros lo interpretaron como un gesto innecesariamente brusco hacia la presentadora.
Mercedes Milá está llena de energía a sus 73 años tras una carrera impresionante
A lo largo de su carrera, Mercedes Milá ha construido una reputación como una de las periodistas más incisivas y con menos filtros. Su paso por programas como Gran Hermano y otros formatos de televisión la consolidaron como una figura polémica, pero siempre auténtica. Su intervención en 59 segundos no fue diferente, y, aunque generó controversia, también recordó al público por qué Milá entiende que la televisión está para ser zarandeada y provocar situaciones que mantengan al espectador atento.
En un mundo televisivo inevitablemente influido por el "buenism radical", y cada vez más controlado y políticamente correcto, la presencia de figuras como Milá aporta una dosis de imprevisibilidad y sinceridad que, para bien o para mal, no deja a nadie indiferente. Su capacidad para decir lo que piensa, sin importar las consecuencias, sigue siendo su mayor fortaleza, pero también su mayor desafío. En esta ocasión, con críticas entre lo humorístico y lo incendiario, volvió a demostrar que su legado como periodista está lejos de diluirse. Mercedes Milá en 59 segundos fue lo mejor de una noche llena de debates.
Mercedes Milá camina por la vida con la cabeza alta, el paso firme y la energía de quien ha vivido tantas vidas en una sola que ya no necesita demostrar nada a nadie. A sus 73 años, esta mujer que se rebeló contra las convenciones de su origen aristocrático ha logrado convertir su voz y su mirada en un legado mediático y personal que desafía los cánones del tiempo.
Nacida en una familia de abolengo catalán, fue la hija mayor del abogado José Luis Milá, II conde de Montseny, y de Mercedes Mencos Bosch. Desde pequeña, Mercedes estuvo rodeada de una herencia ilustre y una educación que la preparaba para un destino predecible, marcado por el linaje. Pero esa no era su ruta. Quizá fue la influencia del arquitecto Alfonso Milá o del diseñador Miguel Milá, sus tíos creativos, quienes le enseñaron que se podía construir algo nuevo desde la tradición. Quizá fue su propia rebeldía innata la que la llevó a renunciar al título nobiliario que le correspondía en favor de su hermano José María. En cualquier caso, Mercedes decidió temprano que su apellido no sería su único mérito.
Dos por dos fue un programa de televisión, emitido por TVE en 1978, con realización de Fernando García Tola.
En su juventud, mientras cursaba Filosofía y Letras, Milá descubrió que las aulas no podían contener su inquietud. Abandonó la carrera y se lanzó al periodismo, un oficio que la fascinó porque le permitía estar cerca de la verdad, aunque a menudo fuese esquiva. En 1974, con el título de periodista recién estrenado, comenzó a escribir en El Correo de Andalucía y a cubrir deportes para Don Balón. Sin embargo, pronto cambió las teclas de la máquina de escribir por el micrófono de radio, su primer amor en los medios.
A las órdenes de Luis del Olmo en A toda radio, Mercedes aprendió a domar las palabras, a proyectar su voz como si atravesara el aire con una flecha certera. Esa capacidad para comunicar con intensidad y cercanía sería su seña de identidad durante toda su carrera. Cuando en 1978 debutó en televisión con Dos por dos, su talento para conectar con el público quedó patente. Al frente del programa junto a Isabel Tenaille, Milá se convirtió en un rostro conocido y una pionera en el periodismo televisivo de entrevistas. Pero la televisión, siempre caprichosa, no le ofreció estabilidad tras la cancelación del espacio. Mercedes, lejos de desanimarse, regresó a la radio, demostrando que su vocación estaba en contar historias, sin importar el medio.
Desde informativos hasta Gran Hermano: historia de la televisión
A lo largo de las décadas, Milá ha transitado por los formatos más diversos. Desde informativos hasta Gran Hermano, supo adaptarse sin perder nunca su autenticidad. Su paso por el popular reality show marcó un antes y un después en su carrera. Fue una defensora apasionada del formato, y con su estilo directo y empático conquistó tanto a seguidores como a detractores. Pero detrás de las luces y los aplausos, también había sombras. En 2018, Milá reveló en una entrevista con Jordi Évole que su salida de Gran Hermano se debió a una profunda depresión. Hablar de ello no fue fácil, pero lo hizo con la valentía que siempre la ha caracterizado. Mercedes buscaba dar visibilidad a una enfermedad que todavía cargaba con un estigma. "Salir del foco fue la mejor decisión para salvarme", confesó entonces. Esa capacidad para mostrarse vulnerable, sin filtros, fue un gesto que tocó el corazón de muchos y reafirmó su compromiso con la honestidad.
Una vida personal tan intensa como su carrera
La vida amorosa de Mercedes Milá también ha sido un reflejo de su personalidad libre y apasionada. Durante más de veinte años compartió su vida con el productor José Sámano, hasta que se divorciaron en 1997. Samano murió hace algo más de cinco años. Más tarde, tuvo una relación con el empresario Carlos Castillo, pero nunca dejó que las etiquetas definieran sus afectos. "El amor es un lugar donde te desnudas, pero también donde te fortaleces", comentó en una ocasión, sintetizando su visión de las relaciones humanas. En el ámbito familiar, Mercedes siempre fue la hermana mayor que rompió moldes. Su relación con sus cinco hermanos, entre ellos Lorenzo Milá, periodista y presentador, ha sido un pilar importante en su vida. Sin embargo, también decidió forjar su propio camino lejos de las expectativas que su linaje imponía. Renunciar al título de condesa de Montseny fue un acto simbólico, un mensaje claro de que el peso de la sangre no determinaría quién era. Su conexión con la nobleza, no obstante, sigue viva en anécdotas y raíces que le permiten comprender tanto las luces como las sombras de ese mundo.
A sus 73 años, Mercedes Milá conserva una vitalidad que desmiente cualquier noción de retiro. Sigue siendo una mujer inquieta, siempre con nuevos proyectos en mente. Su sueño actual es crear un programa donde pueda conversar con personas sabias, especialmente mayores, con calma y profundidad, lejos de los focos y las prisas del directo. Para ella, escuchar y aprender siempre han sido la clave de su oficio. Ese entusiasmo se traduce también en su estilo de vida. Mercedes es una amante del deporte, la naturaleza y los animales, y encuentra en ellos el equilibrio necesario para su salud física y mental. Ha aprendido, con los años, a priorizarse, a respetar sus propios ritmos y a no dejarse arrastrar por el ruido del mundo. Un ejemplo a tener en cuenta.