Televisión

El Gobierno apadrina a Broncano y Lalachus y defiende la broma de la vaca del Grand Prix y el Sagrado Corazón


Informalia

En medio de la controversia generada durante la retransmisión de las Campanadas de RTVE, el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha salido en defensa de la humorista Laura Yustres, conocida como Lalachus, y del presentador David Broncano. La polémica surgió cuando Lalachus, desde el balcón de la Puerta del Sol, mostró una estampa que mezclaba al Sagrado Corazón de Jesús con la vaquilla del programa Grand Prix, acompañada de un comentario que algunos sectores religiosos consideraron ofensivo.

En un mensaje publicado en la red social X, Bolaños ha respaldado a los humoristas, asegurando que "la libertad de expresión y creación debe ser un pilar fundamental en una sociedad democrática". Además, el ministro avanzó que el Gobierno impulsará la reforma del delito de ofensas religiosas este mismo año, enmarcándolo en el Plan de Acción para la Democracia, una iniciativa que busca proteger derechos fundamentales como la libertad artística.

La polémica de la estampita: humor versus dogma

El gesto de Lalachus, parte de un diálogo con Broncano sobre el valor de la televisión pública, se convirtió rápidamente en el epicentro de críticas y alabanzas. Durante la retransmisión, la humorista dijo: "Yo siempre llevo encima mi estampita de la vaquilla del Grand Prix, porque hemos crecido todo el mundo viendo el Grand Prix. Lo importante que es la televisión, y la televisión pública, en este caso, más que ninguna, porque creo que tú y yo y muchísima gente estamos hechos de cachitos de tele." El comentario, acompañado de la estampa, provocó indignación en algunos sectores católicos, que lo consideraron un escarnio a sus creencias. La asociación Hazte Oír presentó una denuncia contra Lalachus, Broncano y el presidente de RTVE, José Pablo López, por un presunto delito contra los sentimientos religiosos.

En redes sociales, las reacciones se polarizaron. Algunos usuarios criticaron lo que consideraron una falta de respeto hacia los creyentes, mientras que otros defendieron el comentario como una expresión legítima de humor y creatividad, subrayando que el arte y la comedia deben tener la libertad de explorar temas sensibles.

El apoyo del Ejecutivo no se ha hecho esperar. Félix Bolaños critica lo que llama intentos de "amedrentar" por parte de los sectores más conservadores y recuerda la importancia de garantizar espacios para la creación y el humor. En su mensaje, destacó la necesidad de reformar el artículo 525 del Código Penal, que actualmente penaliza con multas de hasta doce meses a quienes, con intención de ofender, hagan escarnio de dogmas, creencias o ritos religiosos. "El humor y la sátira son parte de una sociedad libre y democrática. No podemos permitir que la presión de los ultras silencie la creatividad o limite derechos fundamentales", afirma el ministro.

La propuesta, acordada con Sumar, busca despenalizar este tipo de conductas y eliminar el delito de ofensas religiosas, argumentando que las leyes no deben coartar expresiones artísticas o humorísticas. Este movimiento se enmarca en una revisión integral de artículos del Código Penal que puedan vulnerar el derecho a la libertad de expresión.

Un debate que trasciende el humor

La polémica en torno a la broma de Lalachus ha animado el debate sobre los límites del humor y la convivencia de sensibilidades diversas en una democracia. Mientras unos ven en sus palabras una burla innecesaria hacia los creyentes, otros la interpretan como un ejercicio legítimo de libertad creativa, una característica fundamental de la televisión pública en una sociedad plural. RTVE no ha emitido un comunicado oficial sobre la denuncia, aunque fuentes cercanas a la corporación han señalado que la retransmisión de las Campanadas fue un éxito de audiencia y que el objetivo del programa era precisamente conectar con el público desde un enfoque fresco y humorístico. En cualquier caso, el debate sigue abierto, y la reforma del delito de ofensas religiosas podría marcar un antes y un después en la protección de la libertad de expresión en España. Para Lalachus y Broncano, el inicio del 2025 ha sido tan polémico como simbólico: una noche de humor, sátira y, como dicen ellos mismos, "cachitos de tele" que han puesto sobre la mesa el papel de la comedia en el diálogo social.