Broncano y Lalachus saludaron desde TVE a Pedroche y Chicote y los de Antena 3 les contestan: así fue la batalla
Lucas del Barco
Desde las alturas de la Puerta del Sol, donde los rótulos de neón danzan entre el humo de los churros y el eco de las risas nocturnas, se vivió una noche de fin de año que rozó lo surrealista. Allí estaban, cual equilibristas sobre el letrero de Tío Pepe, David Broncano y Lalachus, dos figuras que parecen haber sido esculpidas por la ironía. En la azotea más alta de la televisión pública, se encargaron de convertir las campanadas de Televisión Española en una velada entre el espectáculo y el esperpento.
Broncano y Lalachus saludaron en directo y desde TVE a Pedroche y Chicote. El presentador de La Revuelta y su compañera se comieron por primera vez las uvas en TVE, logrando que los presentadores de Antena 3 les mandasen un saludo: "Esto es ilegal", dijo Broncano. Con el reloj de la Puerta del Sol de fondo, el cómico y la humorista condujeron las campanadas de fin de año en los últimos minutos del 2024 con una retransmisión fiel a su estilo provocador.
En la última retransmisión del año y en competencia directa contra las campanadas de Cristina Pedroche, Lalachus y su "jefe", se rieron de todo. "David es la persona más flipada de España. Ha llegado 10 minutos antes y ha dicho 'voy a presentar desde el tejado", dijo Lalachus. Broncano se encontraba en una de las zonas más elevadas del edificio, junto al letrero de Tío Pepe y con el bombo de La Revuelta, donde las televisiones hacen la cobertura de las campanadas.
Los presentadores aprovecharon para pronunciarse sobre el problema de la vivienda en España, la tragedia de la DANA y los mensajes de odio en redes sociales. Pero lo que no debería sorprendernos es que mandaran un saludo a todos los compañeros y cadenas de la competencia. El equipo de cámaras y realización del programa comenzó a pinchar en directo a Cristina Pedroche y Alberto Chicote, que se encontraban en la azotea del edificio anexo. "Esto es ilegal", repetía Broncano. "¿Te imaginas que los ponemos en pantalla partida?", decían los presentadores de TVE. Broncano comenzó a llamarles con un megáfono. "Nos han visto y no han dicho nada", exclamaba Lalachus. "Por un lado, está un poco feo porque es distraerles, pero esto es gracioso", comentaba Broncano. Los presentadores de Antena saludaron a sus rivales "¡Os mandamos besos, os queremos!", gritó Broncano, felicitándoles el 2025. "Hicimos historia. Voy a llorar", remató Lalachus.
Mientras tanto, el reloj de la Puerta del Sol seguía marcando el paso del tiempo, impasible ante el vaivén de chistes y saludos intercanal. Entre la sátira de Broncano y los vestidos barrocos de Pedroche, las campanadas se convirtieron en algo secundario, un mero pretexto para que el circo mediático desplegara su carpa de luces y colores. Cuando finalmente llegaron las uvas, cada cadena cumplió con su ritual a su manera. En TVE, Broncano y Lalachus las engulleron entre bromas y carcajadas, con un par de chistes improvisados sobre la dificultad de comerlas a tiempo. En Antena 3, Pedroche y Chicote siguieron con su puesta en escena, coronando la noche con un derroche de brillo y solemnidad que rozaba lo operístico. Al final, la noche dejó una sensación extraña, como si todos los participantes —presentadores, espectadores, incluso el propio reloj— fueran conscientes de lo absurdo del espectáculo, pero decidieran seguir adelante de todos modos. Porque, al fin y al cabo, ¿qué sería de la Nochevieja sin un poco de exceso y ridiculez?