Eduard Cortés niega las acusaciones pero 27 mujeres aseguran que les ofrecía papeles si se dejaban grabar masturbándose
Informalia
"Nunca fueron propuestas explícitas", se defende Eduard Cortés, que niega las acusaciones de 27 mujeres aparecidas en El País. El director de cine y televisión, conocido por su trabajo en series como Merlí y Ni una más, enfrenta acusaciones de acoso sexual por parte de 27 mujeres, quienes aseguran que el cineasta ofrecía oportunidades laborales bajo la condición de que se grabaran desnudas, masturbándose o realizando prácticas sexuales. Según el reportaje publicado por el citado diario, las denunciantes han presentado mensajes y testimonios que abarcan desde 2007 hasta la actualidad. Cortés rechaza las acusaciones y argumenta que sus comunicaciones fueron malinterpretadas.
Las presuntas víctimas incluyen actrices, fotógrafas y artistas visuales, muchas de las cuales se encontraban al inicio de sus carreras y relatan haber sido contactadas por Cortés a través de plataformas como Fotolog, Facebook e Instagram. Según el periódico, el director les proponía participar en proyectos que requerían un "trabajo íntimo", que él justificaba como parte del proceso creativo. Algunas mujeres, según sus declaraciones, accedieron a enviar imágenes o vídeos íntimos, mientras que otras rechazaron las propuestas.
En un comunicado remitido al rotativo de Prisa, Cortés, de 65 años, reconoce que mantuvo conversaciones con numerosas personas para la preparación de proyectos como Ingrid (2009), pero negó haber hecho ofertas explícitas de trabajo a cambio de favores sexuales. "Estas interacciones se dieron en un contexto hipotético, buscando conexiones entre el modo de actuar del personaje y nuestra experiencia personal", afirma el director. También sugiere que podría haber habido "malinterpretaciones" en las conversaciones.
Entre las denunciantes se encuentra la fotógrafa Silvia Grav, quien publicó mensajes con el director en Instagram a finales de octubre, lo que desencadenó una ola de testimonios similares. Grav relató que Cortés, tras alabar su talento, cambió el tono de la conversación y comenzó a hacerle preguntas relacionadas con su disposición a realizar escenas de desnudo o con connotaciones sexuales. "Me dijo que tenía muchas ganas de sexualizarme", afirmó Grav.
De forma similar, otras mujeres señalaron que el cineasta utilizaba su posición en la industria como pretexto para entablar conversaciones íntimas. Algunas de las entrevistadas eran menores de edad cuando tuvieron contacto con él. "Estaba convencida de que me ofrecía una oportunidad real. Tenía 16 años, y él me hablaba de cómo veía un gran potencial en mí", declaró una de las denunciantes.
El reportaje de El País también incluye el testimonio de una actriz mexicana que asegura haber sido grabada desnuda por el director en un apartamento de Barcelona. "Acepté porque confié en que estaba participando en un proyecto artístico. Sin embargo, fue una experiencia incómoda y sentí que en cualquier momento la situación podría desbordarse", afirmó.
Inicialmente se planteó una acción colectiva, pero las denunciantes han enfrentado obstáculos legales y económicos. Según el reportaje, la asesoría jurídica inicial para una denuncia conjunta tenía un coste de 850 euros más IVA por persona, una cifra que muchas no podían afrontar. Además, las instituciones que prometieron apoyo, como la Academia de Cine Catalán, no han iniciado investigaciones internas debido a que Cortés renunció a su membresía antes de que pudiera ser citado. "Nos dijeron que abrirían una comisión, pero al final no hicieron nada porque él se dio de baja", lamenta Norah Alexandra Vega, una de las denunciantes. Desde la fundación Aspacia, que colabora con la Academia de Cine española para brindar apoyo a víctimas de violencia en el sector cultural, tampoco han ofrecido soluciones concretas, según las entrevistadas.
Una carrera bajo escrutinio
Eduard Cortés es una figura destacada del cine español, con títulos como La vida de nadie (2002) y Cerca de tu casa (2016). Su serie más reciente, Ni una más, aborda precisamente el tema de la violencia sexual y el abuso de poder, lo que ha añadido una dimensión polémica a las acusaciones en su contra. El cineasta niega cualquier conducta inapropiada. "Todo lo relacionado con fotos, vídeos y videoconferencias pertenece al ámbito íntimo y personal. En ningún momento formó parte del proyecto", ha declarado. Sin embargo, las mujeres que han alzado la voz aseguran que no descansarán hasta que haya una investigación exhaustiva. "Es hora de que el sistema deje de proteger a quienes abusan de su posición de poder", concluye Vega.