Televisión

El doble calvario de Víctor Elías ('Los Serrano') con las drogas: "Sigo siendo adicto aunque no consuma nada"

Fotos Javier Ocaña (Planeta)

David Saiz

Víctor Elías podría representar eso que se llama 'niño prodigio', porque desde muy pequeño comenzó a trabajar en teatro e, inmediatamente, se puso ante las cámaras. Para algunos, también podría responder al concepto viejuno de 'juguete roto' de la televisión, porque dejó atrás un éxito tan brutal como el de Los Serrano. No es ni una cosa ni la otra, porque entre esos dos clichés hay una historia más profunda que contar. Más dramática. Más cruda. Y también, por qué no, más luminosa.

Víctor Elías la cuenta en Yo sostenido (Planeta), un libro en el que se "abre en canal" para relatar el infiero que vivió en casa y el calvario que luego protagonizó en primera persona cuando cayó en las drogas. Lo hace, eso sí, sin autocompasión, sin rencor y sin excusas, asumiendo las responsabilidades que le corresponden. "El libro es una consecuencia de mi recuperación, porque ahora puedo escribir mi historia desde un lugar bonito", nos dice. "Quería huir de la lástima, porque en mi caso me va de puta madre", explica el actor y músico, cuya carrera va mucho más allá de aquel personaje de Guille en la serie de Telecinco. "No me considero un juguete roto, porque la vida me ha dado una de cal y otra de arena y, al final, me ha ido muy bien".

Los comienzos, sin embargo, fueron difíciles, con una infancia a veces feliz pero siempre marcada por la dura situación que vivió con sus padres, el músico Liberto Villagrasa y la actriz Amelia Álvarez del Valle, emparentada con la reina Letizia. "La situación con mis padres es lo más duro, lo que más me ha costado contar en el libro, sobre todo porque ellos ya no están", confiesa. "He explicado lo que yo viví, pero también lo he hecho desde el respeto, la admiración y el perdón. Ellos me enseñaron muchas cosas buenas que me han hecho llegar donde ahora estoy. No cambiaría nada de mi vida, porque eso me ha permitido ser lo que soy hoy", afirma sobre esa dura infancia que cuenta con ausencia total de reproche.

En el libro, Víctor Elías rememora los amargos episodios que vivió con sus padres, la conflictiva relación que tenían entre ellos, llena de discusiones, sus adicciones y la dolorosa y amarga situación que vivió con su madre cuando comenzó a culpar a su hijo -cada vez más popular y exitoso gracias a la televisión- de su declive profesional. "No deja de ser un calvario que vive mucha gente y esta es una forma de mostrarlo. Las cosas son jodidas y duras", admite.

"Los Serrano me salvó la vida"

Víctor Elías comenzó en televisión de manera casual y antes de ser Guille de Los Serrano hizo el casting para ser Carlitos en Cuéntame. "Con esas edades éramos pocos actores y todos optábamos a los mismos personajes". No le dieron el papel y casi se queda sin el de Los Serrano, porque inicialmente le rechazaron. Luego, la serie fue un balón de oxígeno, se convirtió en el sostén de su vida y también en ese lugar seguro que le permitía evadirse de los problemas. "Los Serrano me salvó absolutamente. Me permitió vivir dos vidas. Muchos de mis compañeros me mantuvieron, me arroparon y me dieron una visión de la vida distinta y más adulta", relata. "Era la otra cara de la moneda, donde yo estaba tranquilo. Todos mis compañeros estuvieron al pie del cañón, ayudándome y siendo parte de mi vida para enfocarlo mejor", explica.

Aquellos fueron momentos muy duros y coincidió con la repentina muerte de su padre. Después, la situación con su madre empeoró y él llegó a denunciarla. En medio del desconcierto, los padres de Natalia Sánchez, su hermanastra y novia en la serie se plantearon, incluso, luchar por su custodia. "Se volcaron. Fue un momento maravilloso que no olvidaré jamás". Lo curioso es que si hubiera sido adoptado por ellos, "la realidad hubiera superado a la ficción", porque hubiera acabado siendo 'hermano' de quien en ese momento también era su pareja en la vida real.

La adicción a las drogas de Víctor Elías: "Quería meterme mierda hasta las tantas"

Superados esos momentos, después de que Los Serrano despertara a los españoles de aquel sueño, Víctor Elías volvió a caer cuando las drogas entraron en su vida. Cuenta que las probó por primera vez en una fiesta de fin de rodaje de la serie Isabel. "Un compañero me dijo que tenía algo que quizá me gustase", relata el actor, que no culpa ni a él ni a sus padres de ese paso que dio hacia el abismo. "El hecho de que mis padres fuesen adictos no hace que yo tuviese que serlo. Es más, yo mejor que nadie tendría que haber sabido todo lo que implicaba. Así que puedo y debo decir algo y claro que me hice adicto porque quise", escribe en Yo sostenido. Fueron años oscuros. "Yo lo hacía porque quería. Quería meterme mierda hasta las tantas, quería que todo el mundo me riese las gracias, aunque a veces no hubiese gracia que reír, porque no podía pronunciar ni mi nombre".

Si en una época de su vida Los Serrano salvó a Víctor Elías, en esta otra lo hizo Narcóticos Anónimos. "La mejor decisión que he tomado nunca es acudir a un grupo de ayuda", comenta. Allí se dio cuenta de que "la adicción no entiende de profesiones o de DNI. La adicción no se apiada de ninguna situación personal ni condición: destroza a todos a todas por igual".

"Ahora estoy en un punto de la recuperación que me permite poder contarlo, pero esto no es un tema de tiempo, sino de rendición ante la enfermedad", nos explica cuando le preguntamos en qué punto del proceso está actualmente. De hecho, Víctor Elías es claro y consciente de su situación. "Sigo siendo adicto aunque no consuma nada, y lo sigo siendo porque un adicto no se cura nunca".

Víctor y Ana Guerra: "No esperábamos nada el uno del otro y eso nos permitió enamorarnos"

En los últimos tiempos, la vida de Víctor Elías ha cambiado por completo. Hace unas semanas se casó con Ana Guerra, a quien conoció cuando la música les unió para trabajar juntos. Confiesa que se cayeron mal, pero poco a poco supieron reconducir su relación. "No esperábamos nada el uno del otro y eso nos permitió enamorarnos". Le preguntamos si le daba miedo que ella le rechazase cuando le constase su historia de superación. "Pusimos los dos todas las cartas encima de la mesa y los dos decidimos apostar y seguir adelante. Y eso nos ha llevado al lugar donde estamos hoy"