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'Pesadilla en la cocina', hoy: un gastrobar infantil con gritos en la cocina como plato principal y sándwich mixtos sin queso
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Informalia
El espacio de Alberto Chicote llega este martes con una nueva entrega muy especial en la que el reto será hacer funcionar un restaurante frecuentado por niños pequeños. Se trata de un establecimiento en el que se celebran muchos cumpleaños, pero con un equipo desmotivado y un dueño sin experiencia.
Después del comienzo de una nueva temporada que ha tenido una gran acogida, con 7,4% promedio y más de 2 millones de espectadores únicos, Chicote se traslada a Valencia, donde impondrá normas estrictas a los trabajadores de La Terracita, para conseguir una estructura de trabajo y la mayor satisfacción de sus clientes.
La idea de este bar es novedosa, pero sin un dueño con experiencia previa esto puede ser una tarea muy complicada: combinar la esencia de un gastrobar para los más mayores con una zona pensada para los más pequeños con un parque de bolas. Jorge se presenta como un emprendedor que está convencido en lograr el éxito en su establecimiento, aunque por el momento el plato estrella son los gritos y los enfados. A pesar de ello, sigue creyendo en su idea de ofrecer un lugar donde los más pequeños puedan divertirse mientras sus padres disfrutan de una buena comida. Con la esperanza de sacar adelante su negocio, decide buscar la ayuda de Alberto Chicote y su equipo en 'Pesadilla en la cocina'.
La familia de La Terracita está formado por Maite, la cocinera; David, el encargado y cocinero; y Paula, la camarera. A su vez, son ellos quienes deben gestionar un parque de bolas que, curiosamente, apenas cuenta con bolas. El tamaño del local hace que se amplifique el ruido, sobre todo cuando los nervios están tan crispados y deben comunicarse entre ellos por walkie-talkies, una técnica que Jorge aprendió de su tiempo como vigilante en discotecas. Sin embargo, esta forma de comunicación no es del agrado de todos, lo que genera conflictos y afecta el servicio.
Por si fuera poco, la forma de gestionar el local difiere entre los trabajadores. Maite sigue su propia forma para hacer sandwich mixtos: sin queso o con lo que tenga a mano ese día, pero defendiendo que de verdad son mixtos.