Televisión

Cristina Pardo: "Para unos soy una roja peligrosa y para otros pertenezco a la fachosfera, pero me da igual"


David Saiz

En medio de la batalla de las tardes, cuando todos los ojos estaban puestos en Ana Rosa y Sonsoles, Más vale tarde ha salido más que airoso. Ha terminado la temporada con un punto más de audiencia que el curso pasado y su mejor dato desde 2020. La receta de La Sexta a esas horas del día es abordar la política "sin dramas" y con una pareja compenetrada, solvente y, sobre todo, con sentido del humor. "No es fácil tener esa conexión en televisión", admite a Informalia Cristina Pardo, que ha hecho de su relación con Iñaki López el principal sello del programa. "Nos parecemos bastante en que relativizamos mucho la política", explica. "Siempre he creído en acercarme a la actualidad de manera descreída y con ironía. Es más eficaz y más llevadero", analiza la presentadora.

Más vale tarde está en su mejor momento y ha cerrado su mejor temporada desde 2020. ¿A qué se debe?

No lo sé, porque en la tele todo es un misterio, pero creo que tiene que ver con el buen ambiente que hay en el programa. Iñaki y yo nos complementamos bastante bien y hacemos que la actualidad no suene tan dramática.

Cuatro ha prescindido de la actualidad política por la tarde. ¿Os ha venido bien?

No me preocupan mucho esas cosas. Yo creo que hay hueco para la política por las tardes y también pienso que el trabajo que ha hecho La Sexta desde hace años da sus frutos. El espectador sabe que cuando pasa algo, La Sexta lo cuenta.

Esta temporada hubo otros cambios en la tarde, como la llegada de Ana Rosa Quintana. ¿Os preocupaba como rival?

Debo de ser muy rara, pero a mí nunca me ha dado miedo un competidor. Cuando tenía programa los domingos, me enfrenté a una final de Roland Garros y un Barça-Madrid. Pienso que todos somos distintos y que los programas de la tarde están bastante definidos. No creo que los contenidos de Ana Rosa se parezcan a lo que hacemos nosotros. Y hay gente para todos los programas.

Pero el foco este año estaba puesto en la franja de tarde, era donde más morbo había...

Los que saben de tele dicen que la franja de tarde pesa mucho en la media de la cadena y es muy importante. Y está visto, porque hay mucho ambiente (risas).

¿Cómo conseguís hablar de política sin que suene tan "dramática"?

Iñaki y yo nos parecemos bastante en que relativizamos mucho la política. A mí, desde luego, no me va la vida en ello. Me da exactamente igual. Para mucha gente seré del PP, para otros seré una izquierdosa peligrosa... Las posibilidades que tenemos de hacer que la actualidad sea menos dramática es porque no nos va la vida en que a un dirigente político le vaya bien o mal. Además, siempre he creído en acercarme a la actualidad de manera descreída y con ironía. Es más eficaz y más llevadero.

Viendo algunos programas, parece que hablar de política es un ejercicio de frentismo.

Yo no creo en eso y me daría mucha pena que terminásemos así.

¿Crees que a veces la batalla política del Congreso se traslada a los platós?

No lo limitaría a los platós. Yo creo que todos nos hemos encontrado en tesituras donde antes se podía hablar de política y ahora la situación está más crispada. Hay más crispación, sí, pero no solo en televisión, sino que hay más polarización en la sociedad.

¿Qué te parecen las críticas a los medios, especialmente de Pedro Sánchez, cuando habla del fango?

No creo en el fango como respuesta política. Creo en las explicaciones, sobre todo cuando se pueden dar. Yo cubrí mucho tiempo la información del PP y había muchas cosas que no tenían explicación. No se daban o se daban de manera torpe, como la 'indemnización en diferido'. No creo en el fango como explicación cuando eres tú el que está en el centro de la noticia. Creería en la sinceridad del argumento del fango por parte del presidente del Gobierno si lo hubiera puesto encima de la mesa, no cuando se publican informaciones de su mujer, sino mucho antes. Si no, queda forzado. Así que no creo en el fango, solo creo en las explicaciones. ¿Autocrítica de los periodistas? Sí, no lo hacemos todo bien, pero también hay informaciones que se han sabido gracias a los medios de comunicación y no se puede generalizar.

Lograr la química que tienes con Iñaki López en casi imposible en televisión. ¿Sois conscientes de que eso se transmite a los espectadores?

Mucha gente nos lo dice. Yo coincido contigo en que es muy difícil, por no decir imposible, que eso suceda. Pero no es forzado ni buscado, nos sale así. A mí me hace mucha gracia su sentido del humor. Él es muy despistado y yo, como dice él, soy estajanovista. Para mí es muy importante tener buen ambiente en un puesto de trabajo.

Haces de presentadora y apuntadora, cuando se pierde...

Sí (risas). Pero esto es algo que ya sabemos y él hace muchas bromas con sus despistes y yo parezco la señorita Rottenmeier, sin que sea mi pretensión. Cada uno es como es y se trata de sacar el máximo partido a eso. Nos complementamos muy bien. Y eso que la gente no se da cuenta ni de la mitad de las cosas que nos pasan en directo.

¿Cuál ha sido la situación más surrealista que has vivido con él?

Una vez, Iñaki confundió los sitios donde más había subido el IPC con los lugares donde más iban a subir las temperaturas. Pero yo también me despisto muchas veces. Es verdad que nosotros tenemos más riesgo, porque no tenemos cue. Trabajamos solo con guion en papel.

Participas en la tertulia de actualidad de El Hormiguero. ¿Te genera dolores de cabeza la repercusión que tiene todo lo que dices en ese programa?

Tiene repercusión porque es un programa que ve mucha gente, pero dolores de cabeza no. Se los genera a otras personas que se preocupan más de lo que ahí pasa. Al principio, las críticas te afectan más, pero ahora no. Valoro las que están argumentadas, pero las que no lo están... Cuando cubría el PP me consideraban una roja rojísima y ahora hay gente que pensará que soy de la fachosfera, pero me da igual. Analizo la actualidad en función de lo que me parece más sensato en función de la información que tenemos los periodistas.

Si te critican de las dos partes, es posible que estés en el sitio correcto...

Estoy en el sitio que estoy y en el que me parece sensato en función de las cosas que pasan. Considero que no se puede gustar a todo el mundo y no pasa nada. A mí tampoco me gusta mucha gente (risas).

El Hormiguero te ha hado la oportunidad de conocer a Tamara Falcó. ¿Se corresponde su realidad con la imagen que tenemos de ella? ¿Te ha sorprendido algo de Tamara?

Tamara me parece esencialmente una buena persona y desde ese punto de vista me ha ganado. No hace daño a nadie, es muy divertida y se ríe mucho de sí misma. Estoy muy contenta de haberla conocido, pero igual hay gente que piensa que solo podemos relacionarnos con los que son como nosotros, y eso es un aburrimiento. Ella me dice que sus amigos la preguntan por mí. Y los míos por ella.

Has dicho que no tienes miedo a ningún rival en televisión. ¿A Broncano tampoco?

Se lo tendrías que preguntar a Pablo Motos, pero yo creo que no. ¿Por qué? No hay que tener miedo a la competencia. Cada uno hace su programa y los espectadores deciden con el mando a distancia, que es más democrático que los comentarios en redes, los vómitos habituales o los trending topics.