María Teresa Campos echa a su hija de Supervivientes: Carmen Borrego, incapaz de superar su ausencia
- Laura Madrueño, aterrada al contemplar cómo soportan los supervivientes el viento, la lluvia y el frío
- Jorge Javier Vázquez puso su vaselina emocional: "Las madres llega un día que no están"
Sara Tejada
Las aventuras de Carmen Borrego en Honduras han terminado pero ahora comienza la segunda etapa de su paso por Supervivientes: el regreso, su show en los platós, encontrarse con la separación de su hijo y exprimir su momento mediático vendiendo sonrisas y lágrimas y todo lo que pueda. O sea, lo normal. La hermana pequeña de Terelu Campos llevaba varios días esperando a que los médicos decidieran sacarla del paraíso y por fin ha ocurrido.
A sus 57 años, Carmen Borrego ha vuelto a lograrlo: consiguió este jueves hartar a los numerosos espectadores del reality. El equipo médico del programa decidió sacar de allí a la hija de María Teresa Campos, cuyo estado es lamentable y no beneficiaba ni a la participante ni al concurso. El dilema era devolverla con el resto de los supervivientes y acabar con su aislamiento. O eso, o la facturaban para su casa. Optaron por la segunda opción y parece que acertaron si atendemos a la opinión más extendida en redes. El favoritismo y los detalles que han ayudado a Carmen en comparación con sus compañeros ha sido escandaloso para muchos: no padeció las consecuencias del temporal, ha dormido en una cama, a cubierto, disponía de un baño para hacer sus necesidades (después de dos semanas bloqueada y atascada).
El equipo médico aconseja que Carmen Borrego cese su participación en el programa
— Supervivientes (@Supervivientes) March 28, 2024
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Pero lo suyo no fue tan físico y material como mental. Es cierto que nunca hasta ahora en Supervivientes un problema mental había llevado hasta un abandono. La actitud y la ansiedad de la benjamina de María Teresa obligaron a ello. "Carmen Borrego, tras pasar un período bajo observación y tratamiento psicológico y médico, no consigue controlar el alto nivel de ansiedad que le provoca su posible regreso al concurso. Al tratarse de un cuadro de ansiedad reactivo se aconseja que cese su participación en el programa", reza el comunicado gracias al cual Carmen Borrego está camino de España. Pedro García Aguado (nominado) también está sufriendo y lo suyo también parece más mental que físico. Pero a él no le ayudan. Mientras tanto, en playa Limbo nos tienen entretenidos Laura Matamoros, Kiko Jiménez y Lorena Morlote. Kike Calleja, el nuevo expulsado por la audiencia de Supervivientes, puede que valga más para el programa en plató que allí.
En Honduras sufren todos, hasta Laura Madrueño, aterrada al contemplar cómo soportan los supervivientes el viento, la lluvia y el frío, y como pelean en el juego de localización. Fue terrible cómo lo pasaron Laura Matamoros, Kiko Jiménez y Lorena Morlote durante su evacuación de sus correspondientes playas: un oleaje espantoso, un viento huracanado, y el lanzamiento de Marieta, nueva concursante, desde el helicóptero, en unas condiciones muy complicadas y con galleta incluida.
Supervivientes hace renacer los miedos y el dolor interno de los concursantes
Ha quedado claro que la tía de Alejandra Rubio no estaba preparada para participar en el reality más duro que hay, el que exige mayor fortaleza no solo física sino mental. Sobre todo mental. La ausencia de su madre, cuya muerte se produjo el pasado mes de septiembre, surgió como un huracán porque es ésa falta, la presencia de una madre (y más con la personalidad de la comunicadora), la más grande de las cicatrices que hay marcadas en el corazón de Borrego. Y Supervivientes hace eso: resucitar los miedos y el dolor interno de cada uno de los concursantes. María Teresa Campos, fallecida el pasado 5 de septiembre a los 82 años, ha echado a su hija de Supervivientes: Carmen Borrego ha sido incapaz de superar su ausencia.
Eso sí, además del dolor, de las emociones y de las lágrimas por la madre muerta, está el dinero. Ese aspecto, que casi todo el mundo tiene en cuenta, en el caso de Carmen Borrego es una obsesión casi patológica, diríamos exagerando: si la organización de Supervivientes no la incapacitara y fuera la propia concursante la que, motu propio, decidiera abandonar, los términos económicos sería muy distintos. La sanción que debería pagar si fuera ella la "desertora" cambiaría su cuenta corriente. Después de una semana aislada y en tratamiento psicológico, con la falsa esperanza de volver al concurso con sus compañeros, la sorpresa hubiera sido que no abandonara.
Jorge Javier Vázquez puso su vaselina emocional: "Las madres llega un día que no están"
"No mienten, lo he estado pasando mal, pensaba que estaba un poco mejor, ya veo que los médicos han decidido que no, me voy a quedar con lo mejor de este concurso y me voy a ir con la pena de haber conseguido un poco más", se justificaba Borrego después de que nos comunicaran que se iba. Jorge Javier Vázquez puso su vaselina emocional con la habilidad que le caracteriza: "Las madres llega un día que no están. Me pareció muy interesante ver el proceso del duelo y cómo se va superando cada etapa. Me llegó muchísimo cuando hablasteis de cuando llega el momento que tienes que aceptar que ya no está, me sentí muy cercano a vosotras cuando lo contasteis", comentó mezclando la tragedia y la comedia, como gran amante que es del teatro, como demostró cuando rogó a Carmen Borrego que aclarase si la pulsera que llevaba en su brazo derecho era de un resort. Se refería el badalonés a la pulsera que la hija de María Teresa luce, que es la de hermandad de la virgen de La Paloma, de su querida Málaga.