Televisión

Beatriz Archidona, su marido italiano y sus dos hijos pequeños: su vida fuera del plató de 'DeViernes'

Beatriz Archidona

Sara Tejada

Es una de los rostros más conocidos de Mediaset, y mucho más desde que el pasado mes de noviembre se puso al frente de DeViernes, el espacio de corazón que presenta junto a Santi Acosta en el prime time Telecinco. Pero poco se sabe de su vida fuera de los platós de televisión.

Bea siempre quiso trabajar en la tele y nada más acabar la carrera lo hizo. Es de Tarragona aunque sus orígenes son manchegos. Después de trabajar en varias redacciones, en 2015, llegó su gran oportunidad al fichar por El programa de Ana Rosa. Lo hizo para cubrir una baja y se quedó. Su labor consistía en ejercer de reportera en la calle y estar en la redacción pero pronto su jefa se dio cuenta de su talento y le ofreció sustituir en verano a Joaquín Prat y Patricia Pardo. Ahí empezó a demostrar su valía ante las cámaras. Una valía que la ha llevado primero a TardeAR y después a DeViernes. Fuera de las cámaras, Beatriz es una mujer muy normal, a sus 40 espléndidos años está casada y tiene dos niños, de 3 y 5 años, Gabriel y Leo se llaman. Su alegría de vida.

Su marido, Carlo Danza, es italiano y entiende a la perfección su trabajo porque él también se dedica a la comunicación. Es experto en marketing pero dirige una empresa de representación de influencers en la que se incluyen celebrities tan conocidas como Cristina Pedroche, Lorena Castell, Jorge Cremades, Susi Caramelo, Marta Riumbau, Dani Mateo o Marta Torné. Juntos forman un buen tándem. Ambos adoran viajar, les apasiona Ibiza, pasar tiempo con sus hijos, y disfrutar de momentos románticos juntos. De hecho, fue a él a quien primero le contó que le habían ofrecido presentar DeViernes. Lo desveló ella misma en una entrevista reciente: "A la primera persona que llamé fue a mi chico, a Carlo, que tenía que estar informado porque sus viernes iban a cambiar, como los míos. Él sabe de los momentos duros de un periodista, que tiene momentos muy complicados, madrugones, trabajar a deshoras y fines de semana. Es un regalo trabajar de periodista, pero es duro y creo que era la primera persona que merecía saberlo".

Con sus hijos a Bea se le cae la baba. La periodista pasa todo el tiempo que puede con ellos, pero es que muchas veces la ven en televisión. "Son graciosos porque ellos ya lo han normalizado. Me dicen: 'Mamá, te vas a la tele a trabajar'". Ha sido un cambio este año con lo de pasar de la mañana a la tarde, luego a la noche. Como cualquier madre o padre que trabaja, al final te organizas con los horarios, pero les hace mucha gracia, aunque no saben exactamente de qué va esto".