Televisión

Crítica de 'Un nuevo amanecer' (Atresplayer): Yolanda Ramos, una forma de hacer comedia que crea adicción


David Saiz

Yolanda Ramos en un género de televisión en sí misma. Da igual que sea Belén Esteban en Homo Zapping, María Victoria en Benvinguts a la familia, Noemí Argüelles de Paquita Salas o Candela en Un nuevo amanecer, la nueva serie que Atresplayer estrena este domingo.

En esta comedia de ocho episodios interpreta -es su primer papel protagonista- a una celebrity que ha tocado fondo. Trabaja como jurado en un Tú sí, tú no, un Got Talent que presenta Anne Igartiburu (se sigue buscando la vida fuera de TVE), cuando se pasa de la raya delante de toda España. Enganchada a las drogas desde hace tiempo, el subidón que sufre ante las cámaras del programa se hace viral y la cadena prescinde de ella. Solo será readmitida si pasa por rehabilitación.

A regañadientes, Candela acaba en un centro que dirige Cecilia Freire -estaba desaparecida desde Velvet- y donde trabaja una Abril Zamora en estado de gracia. Una buena ocasión, por cierto, para reencontrarnos con la profesora revelación de la última edición de Operación Triunfo.

Candela tiene que dejar a su hija adolescente con su madre, una cantante retirada, mientras el programa donde trabajaba encuentra sustituta en una influencer más joven y más guapa, sí, pero con menos carisma que ella. En el centro de desintoxicación, Candela pasa de comer techo a morder el polvo de la realidad más cruda rodeada de otros usuarios que están tan mal como ella, aunque no lo reconozca.

Dirigida por José Corbacho, Un nuevo amanecer es una serie modesta, pero entretenida y fresca. Además, y esto es más importante, engancha con sus dosis de media hora de humor. Se mueve entre la comedia y la tragedia. También va de la ironía a la melancolía. Incluso hay un poco de crítica a través de una cotidianidad ácida que muestra lo más absurdo de la televisión… y la vida.

Es la serie que cualquier fan de Yolanda Ramos -tiene una legión de seguidores- agradece ver, porque la actriz hace grande cualquier frase del guion. Por eso decimos que ella misma es un género de televisión que crea adicción.