Televisión
'La increíble historia de la Isla de las Rosas': el italiano que construyó su propio país en medio del mar
- Una divertida película de Netflix rememora este sorprendente caso real
Ignacio Vasallo
En 1958 el joven ingeniero boloñés Giorgio Rosa tiene la genial idea de construir una isla en aguas internacionales del Adriático frente a la costa de Rimini. Invierte en esa aventura todos sus ahorros y los del compañero de la escuela que se le une. El resultado es una plataforma de acero terminada de construir en 1967 a 500 metros de las aguas territoriales italianas, con una superficie de 400 metros cuadrados.
Inmediatamente procede a proclamar la independencia de la isla con el esperanto como lengua oficial. El nuevo estado pasa a denominarse 'Insulo de la Ruzoj'. La pareja fundadora procede a formar Gobierno en el que además de ellos se integran un apátrida de origen alemán que consigue, emocionado, el primer pasaporte que emite la administración local, un naufrago recuperado y una joven embarazada. Inmediatamente proceden a emitir moneda y sellos postales.
Sorprendentemente, para ellos, ningún otro estado reconoce al nuevo que acude en busca de reconocimiento incluso a las Naciones Unidas. Sin embargo, la isla se convierte inmediatamente en una gran atracción turística gracias a la competente gestión del alemán Neumann y, aparentemente, una amenaza para el Gobierno italiano.
Con esta sencilla, aunque increíble historia, el habilidoso director Sidney Sibila, también responsable del guion, monta una de las más divertidas películas de las que circulan por las plataformas: La increíble historia de la Isla de las Rosas, en Netflix.
Los diálogos totalmente surrealistas nos hacen recordar a Tip y Coll, como cuando la joven le informa a su pareja que sigue en la cama que está embarazada. El varón se lleva las manos a la cabeza gimiendo y preguntándose cómo se lo iba a decir a la "mamma". Ella, imperturbable, le responde: 'No es tuyo, imbécil, si nos conocimos ayer'. El visionario anarquista Giorgio Rosa está interpretado por Elio Gennaro, mientras que la maravillosa Matilde De Angelis encarna a Gabriella, su antigua novia, llena de sentido común frente a los delirios de los isleños.
Cuando el gobierno italiano informa que va a desmantelar la isla, Rosa eleva sus quejas al presidente de la Republica y al Consejo de Europa. La población de Rimini le apoya incondicionalmente por haber ayudado a revitalizar el turismo. Frente a la amenaza de que se hiciera realidad a la única guerra de agresión de la República italiana en toda su historia, los isleños se hacen fuertes y se conjuran para defender a la patria hasta la ultima gota de su sangre.
Tras un lento comienzo la película va cogiendo ritmo, disparate tras disparate, a cada cual mayor, que van provocando las carcajadas del espectador, que termina preguntándose de qué mente calenturienta ha nacido semejante historia hasta que se informa que la película está basada en una historia real con pequeñas modificaciones y que en su día se habían filmado algunos documentales basados en esta historia.
Tan real que el multimillonario libertario Peter Thiel, de origen alemán, recriado en Estados Unidos, fundador de Pay Pal y uno de los principales financiadores de las campañas de Trump, ha manejado públicamente la idea de construir islas en medio del océano alejadas de los instintos reguladores de los Estados.
El que conozca suficientemente la lengua debe verla en la versión original italiana por razones obvias . ¿Se imaginan a Tip y Coll doblados al italiano?