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Las aberturas de Ana Mena ganan la noche de las Campanadas en elegancia a la desnudez ecológica de Cristina Pedroche


    Informalia

    A poco de cumplir 26 años, Ana Mena vive uno de los momentos profesionales más importantes y esta noche lo ha demostrado despidiendo el año junto a Ramón García y Jennifer Hermoso. La malagueña recibió 2024 con una gran sonrisa en su rostro y con un espectacular estilismo, infinitamente más elegante que el engendro ecológico que le plantaron a Cristina Pedroche, empeñada en blanquear la rentable desnudez que le da la ansiada audiencia con excusas solidarias y ecológicas.

    Pero la cantante de Estepona acertó combinando sensualidad y elegancia. Ana Mena ha lucido este vestido de Zé García, sandalias de Nicolo Beretta, joyas de Bvlgari y abrigo Michael Kors. Su estilista y apoyo fundamental en estas ocasiones, Xanti de Barros, ha sido también parte fundamental en este proceso en el que la artista se decantaba por este espectacular vestido para comerse las uvas.

    Se trata de una pieza joya, en color verde, semitransparente, con un encaje floral, de manga larga, cuello alto y una gran abertura en su pierna derecha que realza su figura y, una vez más, estiliza ese potencial que tiene. Una impresionante elección con la que la artista ha vuelto a demostrar su poderío y, lo más importante, ha despedido este 2023 para dar la bienvenida a un año cargado de éxitos.

    Cien horas de trabajo

    El modelo está confeccionado en encaje floral con pedrería cosida a mano. Es una prenda de cuello alto, manga larga y silueta de sirena, marcada por un patrón ceñido con aberturas. La abertura lateral, al límite de lo posible, enlaza la falda con el cuerpo de la pieza, separado únicamente por unos centímetros de tejido y contorneada con un volante que parte de la cintura. El trabajo de bordado se ha realizado sobre el entramado floral en chantillí de rebrodé italiano. El tejido se completa con pedrería en negro, platino y esmeralda.

    Ana Mena, con este modelo, probablemente el más visto de todos los que haya lucido nunca, ha llevado las aberturas al límite. Estamos ante un vestido de alta costura en verde esmeralda ideado por el estilista de la cantante, Xanti de Barros, y para el que han trabajado, sin tener en cuenta el diseño en sí, cuatro personas durante más de cien horas entre patronaje y confección, con bordadores a mano, sin contar diseño.

    Espejito, espejito... ¿Quién ha sido la que más ha acertado?

    Frente al vestido con mensaje de Cristina Pedroche, en los balcones frente al reloj de la Real Casa de Correos, Ana Mena se ha estrenado este año como presentadora de las Campanadas de TVE y hay quien opina que ha pasado por la izquierda a la de Antena 3. El atrevimiento del modelo propuesto por Ze García enseña mucho pero al mismo tiempo es verdadera moda, no una especie de engendro en el que se enseña hasta la ingle pero todo disfrazado de rollo ecológico y tal. Las vertiginosas aberturas y el tejido bordado de Ana Mena están a años luz en cuanto a buen gusto y elegancia del modelo lucido por Pedroche. A los pocos segundos de comenzar 2024, tras la duodécima campanada, el vestido se ha viralizado en redes sociales.

    Ramón García, compañero de la artista malagueña en el set de TVE junto a Jennifer Hermoso, ha sido alabado por Mena. "Hemos venido a servir, porque nos ve muchísima gente desde sus casas", decía. La cantante dijo estar "emocionada y muy nerviosa". "Estar aquí es un reto importante, estoy tranquila porque eres el mayor ejemplo que tenemos en las Campanadas", piropeaba al hombre de la capa.

    Presentarse casi desnuda con otros ornamentos que en realidad no son los que le dan la audiencia

    Pedroche no ha perdido la costumbre de provocar con mensaje blanqueador de la realidad: es decir, rodear el hecho de presentarse casi desnuda (es muy libre) con otros ornamentos que en verdad no son los que le dan la audiencia.

    Pedroche ha celebrado tanto su maternidad como su décimo aniversario de casada convertida en una ninfa mitológica y acuática pero su estilismo para comerse las uvas desde las Campanadas de Antena 3 ha sido más un disfraz que un modelazo de alta costura.

    Más ridícula que sexy, Pedroche ha colado su aleccionador mensaje, con el que disimulaba su comprobada vocación por llamar la atención y congregar a la mayor cantidad de espectadores, razón por la está ahí y por la que cobra.

    Una vez más, ha sido conducida hasta el modelo de marras de la mano de Josie, una vez más, director creativo de su look. La lotería del mensaje blanqueador que sirve de excusa este año le ha tocado Greenpeace, y la lección que nos da es que todo lo ha hecho para visibilizar el problema de la escasez y la mala gestión del agua en España. Josie y la diseñadora navarra Paula Ulargui han creado crear un estilismo que, según vendieron, integra vida propia en sus tejidos a través del agua y las plantas.

    Un modelo de tres piezas, pero antes de descubrirlo y para mantener la emoción, Pedroche ha cubierto con una capa el vestido. Los zapatos, más bien ridículos, estaban creados 100% con lana reciclada y materiales biodegradables u orgánicos. Todo hecho para garantizar un futuro sostenible. En palabras de Josie, "una alegoría del agua como recurso para la creación de la vida". Se inspira en una ninfa fluvial, un ser mitológico mágico y con poderes que reina en aguas y fuentes. Una ninfa acuática que enseñaba la ingle y la suficiente cantidad de cuerpo y piel como para ganar las campanadas, lo cual nos parece muy bien. Pero iba hecho un adefesio.

    La capa si era bonita: tal vez la única pieza elegante de su estilismo. Contaban que acoge vida propia en su tejido. "Sobre una base creada 100% con lana reciclada se ha practicado un cultivo hidropónico en el que han enraizado las diferentes plantas de la capa, desvelando así un manto de amaranto rojo al que se suman plantas capuchinas cubriendo en esta ocasión la zona de la cintura", explicaba el equipo creativo del estilismo de Cristina Pedroche.

    Para el vestido se ha optado por una confección a través de un tejido orgánico y biodegradable a partir de gelatina, agar, glicerina y agua, "un material efímero trabajado a través de calor que, al moldearse, ha resultado en un vestido en tonos verdes con transparencias". Finalmente, como zapatos, Cristina ha optado por una silueta con base de madera de pino adornada con cintas de sujeción confeccionadas con fibras de algodón y el mismo biomaterial que el vestido.