Televisión

Santi Acosta vuelve a Telecinco: "Hace tiempo que se dejó de hacer corazón, porque Sálvame era un reality"


    David Saiz

    Cambio de modelo de cadena y cambio en la forma de abordar el corazón. Es la premisa sobre la que se estrena De viernes, el nuevo programa de crónica rosa que la nueva Mediaset estrena esta noche (22.00), un formato que quiere "escuchar" a los invitados y "cuidarlos", pero "sin juzgar". La idea es parecerse más a Salsa rosa, que presentó el propio Acosta, y menos al Deluxe, eliminado de la parrilla hace meses. De hecho, el presentador clasifica Sálvame en el género del "reality" y no en el corazón, porque tenía "sus propios personajes".

    De viernes, por lo tanto, renuncia a todo el universo de celebrities que retroalimentaba la cadena hasta antes de ayer. "Queremos que venga toda esa gente que había dejado de venir a Mediaset". Debuta con Joana Sanz, pareja de Dani Alves, y el hijo de Ángel Cristo y Bárbara Rey, que arremeterá contra su madre en una entrevista que ya está dando mucho que hablar. En su primera entrega competirá contra La Voz con el objetivo de ser competitivo en una noche difícil -todas lo son- pero en un momento muy complicado para una cadena que sufre una enorme crisis de audiencia desde hace meses. "Sabes que si haces tres programas en los que no das audiencia, el culo te huele a pólvora".

    ¿Ha cambiado mucho la televisión desde que presentó Salsa rosa?

    La televisión ahora es más rápida y las redes sociales influyen mucho. Te marcan el ritmo de lo que la gente ve. La televisión ha evolucionado y el corazón también. Se dejó de hacer corazón porque ha habido mucho reality. Sálvame era un magnífico programa, pero principalmente era un reality. Corazón es escuchar a la gente y esto es lo que vamos a hacer.

    ¿Mete a Sálvame en el saco de los realities y no en el del corazón?

    Dentro de la clasificación de géneros, sin ser yo ningún catedrático, creo que se asemeja más a un reality, porque tenía sus propios personajes. Un magnífico programa con un magnífico presentador, top, porque no hay nadie como Jorge Javier en un plató.

    ¿Cómo está viviendo su vuelta a Telecinco? ¿Siente responsabilidad por ser el sucesor de Jorge Javier?

    Jorge Javier no tiene sucesor porque es un crack. Lo que me hace sentir responsable es que hay un equipo de gente que confía en que yo sea la cara de un proyecto. Trabajan toda la semana para que luego yo lo haga bien.

    Compiten contra La Voz. ¿Van a tener tiempo para asentarse?

    Esto es televisión. Y televisión comercial. Te dan el tiempo que te dan, y es normal. Y si un programa no funciona... Entiendo que si la cosa no va bien, te retiran en poco tiempo y eso forma parte del juego. Nos tenemos que esforzar por dar el máximo, pero yo creo mucho en este proyecto, porque creo en el entretenimiento. Un viernes por la noche quiero algo que me haga olvidar de los problemas y me divierta.

    ¿Sienten esa presión por la audiencia antes del estreno?

    Sí, sentimos esa presión. Mi gurú me ha dicho que me ocupe en lo mío y no me preocupe de las audiencias porque esto es un proyecto de futuro con buen equipo, contenidos y una cadena que nos avala... pero claro que te tiemblan las piernas. Y si no funciona, yo seguiré haciendo documentales [ha estado centrado en este género en los últimos años], pero hay mucha gente que pierde el trabajo y eso hace que sea una responsabilidad enorme.

    El público estaba acostumbrado a un corazón más agresivo. ¿Va a tardar en acostumbrarse a este corazón más amable que quieren implantar?

    Seguramente. Habrá quien le guste más ese otro formato y es respetable. Es otra oferta y vamos a ver si tiene hueco. Creemos que sí. También tendremos un punto gamberro, en el buen sentido, y cuidaremos a la gente.

    Hay personajes de los que no se puede hablar en Mediaset, según el código ético, y hay otros a los que renunciáis porque queréis hacer algo distinto a Sálvame. ¿Qué personajes pueden aparecer en De viernes?

    Queremos traer a toda la gente que sale en las revistas y que no han venido últimamente a Mediaset. O que han venido pero no a contar su vida. Queremos que venga toda esa gente que ha dejado de venir. Sobre lo del código ético, no me han dicho nada sobre ningún personaje.

    ¿Le obsesionan las audiencias? ¿Es de los que mira el detalle del dato?

    Recuerdo sufrir mucho por las audiencias, esperando a las 8.00 para ver el dato y... morir o vivir. La época de Salsa rosa era la bomba, porque nos fuimos con un 24%. Y la pelea de Jesús GIl y Julián Muñoz hizo un 38%. Esa época fue maravillosa. Después hubo otros programas que era ver un dígito y querer saltar del puente. Un horror. Ahora estoy intentando alcanzar la madurez, aunque no lo consigo, porque sigues sufriendo. Sabes que si haces tres programas en los que no das audiencia, el culo te huele a pólvora.

    La llegada de De viernes o el fichaje de Franganillo son pasos que Telecinco está dando para establecer su nuevo modelo. ¿Hasta qué punto le preocupa la situación actual de la cadena?

    Me hace mucha ilusión que la cadena confíe en mí en un momento de cambio hacia un modelo que creo que tiene futuro. Es un honor y un privilegio. Y encima fichan a Franganillo.

    ¿Qué le parece ese fichaje?

    Magnífico. Es un pedazo de periodista y ha hecho uno de los mejores informativos. Estoy deseando verle en pantalla.