Televisión

Carles Porta, el genio del 'true crime': "Rosa Peral quiso hablar conmigo, pero no quiero ser altavoz de una condenada por asesinato"


    David Saiz

    El cuerpo en llamas (Netflix) es una de las series más populares de esta temporada. Se basa en el 'crimen de la Guardia Urbana', un sorprendente caso que también fue analizado por Carles Porta en su programa Crims. De hecho, el estreno de la ficción que protagoniza Úrsula Corberó puso de actualidad los cuatro capítulos que el periodista produjo para TV3 y que ahora están disponibles en Movistar Plus+. "Netflix estrena una serie sobre el 'crimen de la Guardia Urbana' y todo el mundo habla de Crims", nos dice Porta. "Eso quiere decir que lo hicimos muy bien, nos hemos convertido en una referencia y la gente se ha quedado con ello".

    El éxito de Crims en Cataluña, con un impecable estilo narrativo que atrapa a los espectadores en fondo y forma, hizo que Movistar Plus+ se fijase en él para llevar el true crime a toda España. Primero colgó en la plataforma los reportajes que ya había estrenado en la cadena autonómica y después le fichó para presentar la docuserie Luz en la oscuridad, que acaba de estrenarse con el caso 'Daniela, Dulce y Bella'.

    Acaba de dar el salto a Movistar Plus+ después de triunfar en TV3 con el programa Crims. ¿Cómo está llevando este boom que hay en torno a sus programas y su estilo de hacer true crime?

    Con mucho miedo y vértigo, porque me genera más responsabilidad. Te ve más gente y me hace ser más exigente. Me duelen mucho nuestros errores. Soy un exigente enfermizo y me gusta tener los productos muy redondos. Aunque, obviamente, me produce satisfacción que a la gente le guste lo que hacemos.

    Todo el mundo habla de los cuatro programas de Crims que dedicó al 'Crimen de la Guardia Urbana' [disponible en Movistar], un suceso que ahora se ha hecho muy popular con la serie El cuerpo en llamas, de Netflix.

    Hay una cosa que me entusiasma. Netflix estrena una serie sobre el 'crimen de la Guardia Urbana' y todo el mundo habla de Crims… Un capítulo de Netflix debe de valer lo que costó toda nuestra serie y eso quiere decir que lo hicimos muy bien, nos hemos convertido en una referencia y la gente se ha quedado con ello. El caso es muy potente y tiene todos los elementos que ningún guionista sería capaz de imaginar. Nosotros hicimos de una manera inteligente cuatro capítulos que la gente sigue recordando ahora. Muchos los ven antes que la serie de Netflix y otros, después. Todo el mundo habla de Crims y eso es muy bueno.

    ¿Es verdad que Rosa Peral presumió en la cárcel de tener cuatro capítulos de Crims?

    Te lo juro. Me lo dijo un funcionario que estaba presente en la discusión. A Angie, condenada por otro crimen, le dimos un capítulo y a Rosa, cuatro. Coincidieron en la cárcel de Tarragona y se enzarzaron en una discusión, porque deben de ser dos gallitas, y Rosa Peral dijo: 'Tú cállate que solo tienes un Crims y yo cuatro'. Es una pasada... Pero me lo dicen mucho los funcionarios de prisiones: los protagonistas lo quieren ver [el programa], no lo hacen con agrado, pero entienden que lo hacemos con respeto.

    ¿Rosa se quiso poner en contacto con usted?

    Se puso varias veces en contacto -también Albert López -a través de su abogada y le dije amablemente que muchas gracias, pero que no tenía ningún interés en ser altavoz de alguien condenado por asesinato si no me decía algo nuevo a lo que ya se ha dicho. No le veo sentido. No me interesa. No llegué a hablar con ella pero sí me carteé con Albert López [otro de los condenados por el mismo caso].

    En sus programas descubre al espectador otros casos que no son tan mediáticos, pero que son igual de interesantes. ¿De qué manera los encuentran?

    Es una lucha que he tenido con las plataformas. Todos quieren casos mediáticos y yo no, porque ya están muy contados. A mí me interesan grandes historias, que es lo que creo que es el true crime. Nosotros tenemos 25 personas contratadas para encontrar casos y otras 20 que colaboran en toda España. Me interesan casos que tengan giros narrativos, que encontremos material audiovisual y protagonistas del caso, no expertos. El policía que investigó, la víctima, familiares… Si tenemos eso, vamos adelante, porque lo que atrapa son las historias bien contadas.

    ¿Cuál es la historia que siempre le piden y se ha negado a narrar?

    Una buena historia puede contarse de muchas maneras, no me importa que ya la hayan contado, pero sí me preocupa tener los materiales necesarios. Ahora todo el mundo quiere hacer true crime, aunque creo que no todo lo es: son documentales largos, bonitos y bien hechos, pero el true crime es un género narrativo en sí mismo, una gran historia, y eso muchas veces no está pasando.

    Me da igual que haya otra gente contando lo mismo, nadie lo cuenta como yo, será distinto, incluso mejor, pero es la forma de narrar, que gusta, que atrapa y llega a las emociones. Pero hay casos que son bucles de los que no sales, y para contar lo mismo, no vale la pena. Nosotros nos dedicamos a contar y relatar, no a investigar para meter a alguien en la cárcel. Por eso queremos casos resueltos y con sentencia, pero con acceso a los materiales.

    ¿Qué tiene que tener un caso para que sea mediático? ¿Por qué algunos crímenes alcanzan gran popularidad y otros no?

    Amigo, eso es una tesis doctoral. Seguro que influyen las circunstancias, el momento o el acceso a determinados personajes. Pero no sabría analizarlo bien, porque es muy curioso. Si un caso se convierte en mediático, me suelo alejar de él porque queda malherido y es muy difícil contar una buena historia, aunque se puede, porque siempre detrás de un crimen hay una buena historia.

    A mí me gusta presumir de la manera de contarlo. Tenemos acceso a una gran cantidad de detalles y personajes que, bien colocados y narrados, te dan una historia increíble.

    ¿De dónde le viene su pasión por el true crime?

    La vida me ha llevado al true crime. El día que llegue al Diario Segre, en el año 84, mi jefe me regalo A sangre fría, de Truman Capote, y casi me lo aprendí de memoria. Una buena historia bien contada es imbatible.

    De los casos que ha narrado, ¿cuál es el que más le ha impactado?

    Todos son 'hijos' míos y te llaman la atención por alguna cosa. Ahora estamos cerrando el del 'niño pintor' y he llorado un poco. Son casos que te los llevas a la cama, porque te gustaría ayudar más. El de la 'chica de Portbou' pudimos descubrir el nombre de la mujer que se había ahorcado hace 32 años y eso da cierta tranquilidad a la familia, porque sabe por fin dónde está su hija que desapareció. Pero lo que me interesa es contar buenas historias y llegar a las emociones primarias de la gente, por eso nos tenemos que meter a fondo en cada caso.